Viernes 22 de noviembre de 2024

En el Día de la Armada, el obispo castrense llamó a la fraternidad

  • 18 de mayo, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
Monseñor Santiago Olivera destacó los más de doscientos años de la fuerza velando por la defensa nacional y pidió rezar por la pronta beatificación de Enrique Shaw, hombre de la gran familia naval.
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"Quiera Dios que al celebrar un año más de la Armada Argentina, nos renueve en un trabajo sincero por la fraternidad", expresó el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, en un videomensaje por el 207° aniversario de la fuerza, que se celebra el 17 de mayo en conmemoración de la victoria sobre las tropas del Reino de España en el combate naval de Montevideo de 1814. 

El prelado destacó los más de doscientos años de la Armada Argentina velando por la defensa nacional y agradeció a los hombres y las mujeres que "se formaron, respondieron a esta profesión, transformándola verdaderamente en vocación, en llamada y entrega sin límites para la defensa de los mares de nuestra Patria".

"Gratitud también que se expresa a los hombres y mujeres de hoy, que siguen formándose, exigiéndose, trabajando para cumplir con profesionalidad esta vocación y este servicio que la Patria les confía. 'Valiente muchachada de la armada...', cantamos, integrando a hombres y mujeres que a diario entregan su vida silenciosa, callada, y recordamos a los que en acto de servicio entregaron su vida y hoy custodian nuestros mares permanentemente, sus vidas son un recuerdo de lo que significa ser un soldado".

"No hay límites ni miras egoístas, se entrega todo por la Patria y la Patria somos nosotros, nuestra historia, bienes, raíces, son los rostros concretos. Estamos en deuda con esto de sabernos hermanos, mirarnos como hermanos, tratarnos como hermanos sin divisiones, sin grietas, hijos e hijas de una misma Nación, de una misma tierra, de una misma historia".

Monseñor Olivera memoró la figura del venerable Siervo de Dios Enrique Shaw, "un hombre de la gran familia naval argentina" y consideró que en sus siete años en la fuerza forjó su espíritu y le sirvieron para "foguear en su vida interior y para exigirse como buen soldado de Cristo, para vivir en su familia, en su trabajo, en la empresa una mirada fraterna, una mirada social, una empresa, una economía que piensa en todos sus obreros y no solo en los que la dirigen".

"Le pedimos al Señor por la pronta canonización de nuestro querido Enrique, ponemos bajo su mirada la vida de cada hombre y mujer de la Armada Argentina. Le pedimos a María que Ella como Madre Stella Maris, los custodie, los proteja y los sostenga en tiempos de bonanza y en tiempos de tormenta".

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