Jueves 21 de noviembre de 2024

El Vaticano promueve un turismo respetuoso con la persona y el medio ambiente

  • 26 de mayo, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Turismo e inversiones verdes": mensaje del Dicasterio para la Evangelización con motivo del Día Mundial del Turismo 2023, publicado hoy.
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La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó este viernes 26 de mayo el mensaje que monseñor Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo, envió con motivo del Día Mundial del Turismo, que se celebra cada año el 27 de septiembre.

“'Turismo e inversiones verdes': es con esta expresión, propuesta por la Organización Mundial de Turismo, que nos preparamos para celebrar el 27 de septiembre el 44º Día Mundial del Turismo. La Iglesia quiere compartir este momento de particular compromiso con los Estados, las asociaciones y las múltiples realidades implicadas, para que, según el magisterio del Papa Francisco, aumente de manera más eficaz y positiva el cuidado de la Creación, objetivo esencial para la vida de las personas", expresó monseñor Fisichella en el mensaje publicado hoy por el Vaticano.

Recordando que, "en la encíclica Laudato si', el Papa Francisco subraya la necesidad de comprometerse con inversiones sostenibles", monseñor Fisichella señala: “Promover inversiones sostenibles es también un testimonio de fe que se fortalece con el respeto a la naturaleza, creada y confiada por Dios; de hecho, la atención a la creación y su protección pertenecen al mensaje bíblico. Basta tomar en nuestras manos la primera página de la Sagrada Escritura para resaltar esta dimensión. La acción creadora de Dios es, ante todo, expresión de su amor que se difunde y que pretende llegar a su culminación, involucrando al hombre y a la mujer en un mismo proyecto”.

El proprefecto añade: "La comunidad cristiana siente directamente la necesidad de madurar los encuentros sobre los temas en cuestión, especialmente en los momentos de verano cuando, desde muchas partes del mundo, la gente parte para un período de descanso, contacto con la naturaleza y contemplación de la belleza artística”. Y "es difícil no ver en este movimiento una ocasión propicia para la comunidad cristiana, no sólo para apoyar a las diversas organizaciones encargadas de hacer vivir plenamente el período vacacional, sino sobre todo para expresar el sentido de acogida que caracteriza el espíritu de nuestras comunidades en virtud de la fe vivida”. 

Monseñor Fisichella destaca que “los turistas son particularmente sensibles a cómo son recibidos. Inmediatamente perciben el estilo familiar de quienes los esperan, saben distinguirse de la acogida formal, a menudo distanciada, de quienes los consideran sólo unos clientes". 

De hecho, aconseja que, “en un contexto cultural en el que la indiferencia es excesiva, es fundamental que los cristianos sean testigos de una acogida que tranquilice a la persona y la haga experimentar la fraternidad. Entretenerse en el diálogo, interesarse por que la fiesta sea una experiencia de paz, facilitar formas para que se pueda tener el Evangelio en las manos o bien lecturas que despierten el interés por la oración y la espiritualidad, son algunos de los signos para dar sentido al tiempo de las vacaciones”.

Una economía sustentable
“La atención a la creación permite también a los cristianos promover una forma de economía que no tiene como objetivo la maximización del beneficio, lo que a menudo conduce a la violencia contra la naturaleza, con fuertes repercusiones en la dignidad de la persona”, advierte tamibién el proprefecto en su mensaje.

“La primacía de la ética no puede ser eclipsada por la sed de lucro. Esto no significa bloquear el progreso tecnológico o incluso el desarrollo económico. La atención y el apoyo a las inversiones sostenibles, por tanto, no pueden ser pensadas como un obstáculo; más bien constituyen una visión de futuro que se abre a proyectos de largo plazo, sin caer en la miopía de la ganancia inmediata”, explica el prelado, para quien “es necesario dar espacio a la creatividad de las nuevas generaciones, para permitir el redescubrimiento de la dignidad de cada persona". 

En este camino, “es urgente, sobre todo que la política apoye con convicción y confianza los caminos que se van descubriendo, para discernir sabiamente los proyectos más idóneos, que apunten al bien de todos y que incrementen la calidad de vida”.

Monseñor Fisichella, por tanto, recuerda que "la Iglesia siempre ha reconocido y apoyado el valor y la importancia del arte, la cultura y su salvaguardia, para que nos permitan conocer a Dios y mantener vivas las raíces cristianas", y observa que "el camino de la belleza es un camino integral, como parte de nuestra misión de anunciar el Evangelio y promover el crecimiento espiritual de los creyentes". Por ello, "las inversiones no deben apuntar únicamente al turismo de masas, posible vehículo de pérdida de la identidad cultural y religiosa". Por el contrario, “conviene que mientras se concentran las inversiones en infraestructura, se promueva la dignificación de todos los trabajadores del sector turístico, para contribuir a aumentar la calidad de su trabajo y del propio turismo”. 

Un Año Jubilar con atención a la Creación
“Economía y ecología remiten recíprocamente a la 'Casa Común', en la que vivimos y de la que todos, sin excepción, deben sentirse responsables en la forma propia del papel que desempeñan y de la profesionalidad que ejercen”, escribe monseñor Rino Fisichella, 

“Ser portavoz de un mensaje que diseña un turismo respetuoso con la persona y el medio ambiente abre el camino para captar la bondad del Padre que se extiende a todos con su amor", subraya el prelado. 

Los operadores turísticos tienen en sus manos la posibilidad de ofrecer oportunidades válidas y eficaces para redescubrir unas vacaciones diferentes: más solidarias y menos consumistas; más respetuosas con la naturaleza y que nos hagan capaces de contemplar la belleza en sus múltiples expresiones”. 

Según el proprefecto, “también las vacaciones, por tanto, pueden convertirse en una provocación para adoptar comportamientos y estilos de vida que ayuden a volver la mirada hacia arriba, redescubriendo la bondad de la fe, la fuerza de la caridad y la certeza de la esperanza. Es desde aquí que todos deben empezar de nuevo, para justificar el respeto por la naturaleza”.

El arzobispo Fisichella se dirige, por tanto, a "todos los operadores que hacen del turismo su razón profesional y pastoral", a los que extiende "el agradecimiento por mantener vivo este compromiso, haciendo suyo el deseo del Papa Francisco, para que también de cara al próximo Jubileo Ordinario de 2025, no dejen de contemplar la belleza de la creación en el cuidado de nuestra Casa Común, que Dios nos confió". Por eso, concluye, “la preparación del próximo año jubilar debe celebrarse y vivirse con esta atención a la Creación, manteniendo la esperanza de construir juntos el futuro”.+