Viernes 22 de noviembre de 2024

El presidente del Consudec da detalles del 56º Curso de Rectores en Mendoza

  • 30 de enero, 2019
  • Buenos Aires (AICA)
El presidente del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), presbítero José Alberto Álvarez, detalló los temas que se abordarán en la 56ª edición del Curso de Rectores que se llevará cabo del 5 al 9 de febrero en el Colegio Marista San José (avenida Champagnat 2980, El Challao, Mendoza), con el lema "Tú eres un bien para mí".
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El presidente del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), presbítero José Alberto Álvarez, dio detalles de la 56ª edición del Curso de Rectores que se llevará cabo del 5 al 9 de febrero en el Colegio Marista San José (avenida Champagnat 2980, El Challao, Mendoza), con el lema "Tú eres un bien para mí".

El sacerdote aseguró que estas jornadas de capacitación "se han convertido en un evento querido y esperado, en el que se trabajarán temas de actualización y formación teniendo en cuenta las necesidades de la escuela católica, la de sus docentes, alumnos y padres".

"Se abordarán temas como la aceptación de las diferencias, la inclusión, los desafíos pastorales, la prevención de abusos y la educación sexual integral", detalló, y agregó: todas estas cuestiones "serán parte de lo que veremos cómo intentos de respuestas, en esta cultura de cambio".

En una entrevista, el presbítero Álvarez explicó los motivos de la elección del lema "Tú eres un bien para mí".

-¿A qué apunta este mensaje?
-"Tú eres un bien para mí" es una inquietud que tengo personalmente y la he escuchado en frase del Papa Francisco. Es una invitación a reconocer al otro como un don; a alguien dado por Otro, dado por Dios, que lo ha puesto en el camino de mi vida y es un desafío constante para mí. La educación debe estar centrada en un reconocimiento del otro como un bien para mí. Hacia eso debemos trabajar. El "otro" no es un obstáculo, un impedimento. Tampoco es una traba; el "otro" es alguien que me invita a mí a un desafío. Es quien me ayuda a crecer, y ha sido puesto en mi vida por Alguien que me ama, por lo tanto, implica para mí una actitud de respuesta en el modo en que miramos a nuestro prójimo. También, tiene que ver con cómo nos miramos a nosotros mismos y como nos amamos a nosotros mismos; es decir, si queremos un bien para nuestra vida y un crecimiento personal debemos aprender a entender al otro, aprender a abrazarlo y acogerlo. Pero también a escucharlo, porque, así, vamos descubriendo de qué somos capaces nosotros, aceptando nuestros límites. Vamos, en definitiva, realizando una plenitud de nuestra vida.

Este mensaje apunta precisamente a que, en la educación, la aceptación del otro, su reconocimiento, y la necesidad que tengo yo del otro para aprender, es algo que no podemos eludir. ¡No aprendo más solo, en la individualidad! Aprendo cuando tengo a otros al lado mío, frente a mí. Y lo que tengo que aprender es mucho más de lo que enseña un libro o la computadora. El otro es alguien grande para mi vida que me trae una infinitud de posibilidades que, si no, no las tendría.

-¿Cómo fueron construyendo la propuesta formativa para este curso de Rectores?
-En definitiva, el tema al que le hemos dedicado más energía es al de Pastoral. Nos han pedido los obispos en una reunión de la Asamblea Plenaria del Episcopado que prestemos una mayor atención a lo Pastoral en el modo de crecimiento de nuestros colegios. Esto responde a una lógica; la gente no vive el cristianismo sólo por una doctrina, sino precisamente por una vida que se realiza en plenitud. Y la vida cristiana necesita de esa atención con la que Cristo llega a los corazones. Prestar atención a la pastoral es precisamente atender a Cristo que llega a nosotros a través de la comunidad educativa, dentro de las situaciones cotidianas de la escuela. Tenemos que centralizar mucho más esta propuesta pastoral en nuestras escuelas, que no es más que reconocer, simplemente a Cristo como Pastor. Nuestras escuelas han sido muy buenas en la enseñanza de la catequesis y de la doctrina cristiana, pero hoy necesitamos dar un paso más: es la atención a la pequeña necesidad de cada uno, o a la gran necesidad de cada uno y a escuela necesita ser la Iglesia en clave de pastoral. Es decir, una Iglesia que va al otro en todas sus necesidades, con el abrazo, el consuelo, la ayuda y la escucha; también con la amistad. Que el hombre reconozca que en el rostro de los educadores y de los compañeros de trabajo, la escuela llega a ellos con el mismo abrazo con que Dios los abraza y con la misma mirada con la que Dios los mira.

-En la jornada de Representantes Legales los temas son bien definidos: pastoral educativa, el cuidado de los menores, la seguridad e higiene en las escuelas ¿por qué se centraron específicamente en ellos?
-Hemos incluido la Pastoral Educativa en este ámbito porque los representantes legales no deben reconocerse como simples administradores de la tarea educativa de la escuela y del personal, sino también tienen que reconocerse entre ellos, como artífices de esta clave Pastoral. Comprender que ésta no corresponde solo a los sacerdotes, religiosos o profesores de Catequesis: la Pastoral Educativa es algo que debe tener en claro el representante legal. Un tema que nos llama la atención es que en las escuelas fácilmente tenemos dinero para construir, comprar bancos, o sortear algunas dificultades estructurales, y que se vea el crecimiento, como una preocupación propia del ejercicio de un representante Legal. Pero pocas veces nos encontramos con el colegio que invierte dinero en la compra de material para la pastoral, o en la capacitación de los docentes para la pastoral y nos parece que es un tema para que los representantes legales tomen conciencia: por ejemplo, en el cuidado de los menores, o la higiene, son preocupaciones que todos tenemos, más en estos tiempos. Y es importante que los docentes en el contacto con el alumno, puedan detectar sobretodo, lo que son los abusos en las casas, o un alumno que está ausente en la clase, o que tiene síntomas de un cambio de conducta. Son cuestiones sobre las cuales hay que ayudar a los docentes, y que hoy, cada vez más, la comunidad educativa debe atender y prestar atención. También sabemos que la seguridad y la higiene en las escuelas, es una preocupación siempre latente, por esto todos los esfuerzos que se puedan hacer en las instituciones es algo que nunca está de más. Siempre los podemos atender, teniendo en cuenta los últimos adelantos y preocupaciones de la sociedad.

-¿Qué esperamos del Curso de Rectores?
-Esperamos dejarnos sorprender por el Misterio que nos ama y que en cada encuentro de este tipo siempre surgen cosas por las cuales maravillarnos, por su Presencia en nuestras vidas. Nos queremos dejar sorprender por Dios. No esperamos un éxito en palabras del mundo; sino que veamos que Él está presente para sostenernos en la tarea cotidiana.

¿Cuál es su reflexión sobre la escuela católica?
-Los desafíos que debemos enfrentar en todo el territorio argentino son diversos. Muchas veces, encontramos provincias que han conservado una tradición familiar y a las que la influencia cultural ha llegado de una manera más débil a través de los embates con los que somos tantas veces sacudidos hoy, en las grandes ciudades, en torno a la capital.
Sabemos que el mundo está viviendo hoy un cambio cultural. Europa ha vivido un cambio cultural. Y este cambio a nosotros nos desafía y nos llama a poner nuestra atención en un nuevo modo de educar. No podemos seguir educando como hace 50 o 60 años.
Hoy ya, la sociedad no se basa en valores establecidos. Hoy cada propuesta que se hace debe ser acompañada de una verificación y de una experiencia de lo que uno propone. Con lo cual, además de reconocer la libertad del educando, necesitamos que nuestra propuesta educativa sea más verdadera. No podemos descansar en valores tradicionales, no podemos descansar en un pasado que ha sido provechoso. Sino que hoy necesitamos estar a la altura de la cultura con la cual dialogamos, con la cual nos enfrentamos. Necesitamos dar respuesta a los embates culturales en que nos encontramos, necesitamos razones verdaderas; y necesitamos sobre todo la convicción de aquellas razones por las cuales nosotros vivimos: la fe. Esa convicción, si no es verdadera, tampoco convence a los demás. La escuela católica tiene un gran desafío en este momento. Pero, si no estamos atentos a la respuesta que debemos dar, corremos el grave riesgo de quedar desencajados de una influencia verdadera en educación.

Inscripción: http://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfcwe3me3KWcq-CIu8ImU4OP_BSJJUima1cORssCFketAazHA/viewform

Más información en www.consudec.net.+