Jueves 28 de marzo de 2024

El Papa valoró la "bendita diferencia" entre el hombre y la mujer

  • 5 de octubre, 2017
  • Ciudad del Vaticano
"Hoy más que nunca es necesaria una teología de la Creación y la Redención que sepa traducirse en palabras y gestos de amor, para cada vida y para toda vida", dijo el Santo Padre al recibir este jueves 5 de octubre, en la Sala del Sínodo, a los participantes en la XXIII Asamblea General de los miembros de la Academia Pontificia para la Vida en curso en el Vaticano del 5 al 6 de octubre organizada en el ámbito del seminario dedicado al tema: "Acompañar a la vida. Nuevas responsabilidades en la era tecnológica".
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"Hoy más que nunca es necesaria una teología de la Creación y la Redención que sepa traducirse en palabras y gestos de amor, para cada vida y para toda vida", dijo el Santo Padre al recibir este jueves 5 de octubre, en la Sala del Sínodo, a los participantes en la XXIII Asamblea General de los miembros de la Academia Pontificia para la Vida en curso en el Vaticano del 5 al 6 de octubre organizada en el ámbito del seminario dedicado al tema: "Acompañar a la vida. Nuevas responsabilidades en la era tecnológica".

Francisco comenzó agradeciendo las palabras y el saludo que le dedicó el presidente de la Academia Pontifica para la vida, monseñor Vincenzo Paglia y en referencia al tema de la Asamblea: "Acompañar la vida. Nuevas responsabilidades en la era tecnológica", indicó que "es arduo y al mismo tiempo necesario. Aborda el entretejido de oportunidades y obstáculos que interpelan al humanismo planetario, en referencia a los recientes logros tecnológicos en las ciencias de la vida. El poder de la biotecnología, que ya permite manipulaciones de la vida hasta ayer impensables, plantea importantes problemas", observó el Papa.

"Por lo tanto, -dijo el pontífice- es urgente intensificar el estudio y la comparación de los efectos de esta evolución de la sociedad en un sentido tecnológico para articular una síntesis antropológica que esté a la altura de este desafío de época".

El Santo Padre dijo que "un rasgo emblemático" de la cultura actual es "la rápida difusión de una cultura obsesivamente centrada en la soberanía del hombre", "una verdadera adoración del ego, en cuyas aras se sacrifica todo, incluyendo los afectos más queridos" y advirtió el Papa: "Esta perspectiva no es inofensiva: dibuja un sujeto que se mira constantemente en el espejo, hasta que llega a ser incapaz de volver sus ojos a los demás y al mundo. La propagación de esta actitud tiene repercusiones gravísimas en todos los afectos y vínculos de la vida".

Seguidamente el pontífice también advirtió que "no se puede pasar por alto el materialismo sin prejuicios que caracteriza la alianza entre la economía y la técnica y que trata la vida como un recurso para ser explotado o descartado en función del poder y el beneficio".

"Desafortunadamente, hombres, mujeres y niños de todo el mundo experimentan con amargura y tristeza las promesas ilusorias de este materialismo tecnocrático", subrayó.

El obispo de Roma dijo que en este contexto "hay que releer siempre de nuevo el relato bíblico de la Creación para apreciar toda la amplitud y profundidad del gesto del amor de Dios que confía a la alianza del hombre y la mujer la creación y la historia".

"Esta alianza ciertamente está sellada por la unión de amor, personal y fecunda que marca el camino de la transmisión de la vida a través del matrimonio y de la familia" y observó el Papa que "el hombre y la mujer no sólo están llamados a hablarse de amor, sino a hablarse, con amor, de lo que tienen que hacer, para que la convivencia humana se realice a la luz del amor de Dios por cada criatura".

"Juntos fueron creados, en su bendita diferencia; juntos pecaron, por su presunción de reemplazar a Dios; juntos, con la gracia de Cristo, regresan a la presencia de Dios, para cumplir con el cuidado del mundo y de la historia que Él les confió", destacó el Papa.

El pontífice alentó a profundizar en "una cultura renovada de la identidad y la diferencia", advirtiendo que "la reciente hipótesis de reapertura del camino para la dignidad de la persona neutralizando radicalmente la diferencia sexual y por lo tanto el acuerdo del hombre y la mujer no es justa".

"La utopía de lo ?neutro? elimina, al mismo tiempo, tanto la dignidad humana de la constitución sexualmente diferente como la cualidad personal de la transmisión generativa de la vida", observó Francisco.

"La alianza generativa del hombre y la mujer es una garantía para el humanismo planetario de los hombres y de las mujeres, no un obstáculo. Nuestra historia no será renovada si rechazamos esta verdad".

En su discurso el pontífice abogó por último a "reencontrar sensibilidad para las diferentes edades de la vida, especialmente las de los niños y los ancianos" y advirtió que "una sociedad en la que todo esto pueda solamente ser comprado y vendido, regulado burocráticamente y técnicamente predispuesto, es una sociedad que ya ha perdido el sentido de la vida".

Francisco señaló finalmente que "es este nuevo horizonte donde veo colocarse la misión de la renovada Academia Pontificia para la Vida. Entiendo que es difícil, pero también entusiasma".

"El Papa, y toda la Iglesia, terminó el pontífice, les están agradecidos por el compromiso que se disponen a cumplir. Dios bendiga su propósito de sostenerlos con la ciencia y la conciencia de las que son capaces".

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» Texto completo del discurso