Jueves 21 de noviembre de 2024

El Papa recibirá el viernes a cuatro hermanos enfermeros para agradecerles su trabajo

  • 2 de septiembre, 2020
  • Roma (Italia) (AICA)
"Les llevamos las lágrimas de los enfermeros", afirmaron los hermanos que trabajaron durante el peor periodo de la pandemia
Doná a AICA.org

El Santo Padre invitó al Palacio Apostólico, a cuatros hermanos enfermeros, que trabajaron en los hospitales entre la ciudad de Como y Nápoles durante el peor periodo de la pandemia. El Papa los recibirá este viernes 4 de septiembre junto a sus familias para agradecer el trabajo que ha hecho el personal sanitario durante estos meses de pandemia.

A finales de marzo, cuando los casos en la región de Lombardia, estaban aumentando fueron llamados como voluntarios en la reanimación de pacientes con coronavirus y no lo pensaron dos veces.

Tres de los hermanos enfermeros Mautone trabajan en la frontera entre Italia y Suiza, Valerio y María en la ciudad italiana de Como y Raffaele en la población suiza de Lugano, mientras que Stefana trabaja en Nápoles. 

"Estamos muy emocionados”, contó Raffaele a Cope.es, que confiesa que “durante estos días no ha parado de sonreír, una emoción que no deja de transmitir a su familia: La realización de este sueño, el encuentro con el Papa, me lleva a decir a todas las personas que tienen uno, de sacarlo del cajón y que pongan esperanza y compromiso en él, porque entonces realmente se pueden hacer realidad”.

Los cuatro hermanos manifestaron que llevarán al Papa una "caja de lagrimas" con las preocupaciones, angustias, sueños y alegrías. En su interior, en los últimos meses, los enfermeros recogieron escritos, pensamientos, cartas de quienes se han enfrentado directamente al coronavirus: los que estuvieron mal por la Covid-19, los que trabajaron en primera línea, los que padecieron la muerte de un familiar: "Yo llevaré algunas de estas cartas y muchas serian dignas de ser publicadas”, dijo Raffaele.

Uno de los hermanos, Valerio de 43 años, está peregrinando a pie a Roma a través de la vía Francigena desde Viterbo.

“Mi hermano ya empezó el camino hacia Roma a pie, ahora está a 20 kilómetros de Viterbo. Yo hubiera querido unirme a él para hacer juntos los últimos cuarenta o cincuenta kilómetros hasta Roma, pero no pude disponer de ese tiempo como hubiera deseado” cuenta Raffaele sobre los preparativos.

“Entre los hermanos y la familia vamos a ser trece personas en total. Llevaremos a nuestras esposas e hijos. El prefecto de la Santa Sede, monseñor Leonardo Sapienza, me dijo que el pontífice desea abrazarnos a todos. El detalle que nos alegra aún más es el hecho de que no estaremos en la gran Aula Nervi sino dentro de los espacios privados del Santo Padre”, dijo Raffaele.

Por su parte Valerio, el hermano que llegará a Roma peregrinando relató que “Ha sido una experiencia profesional muy dura y sufrí sobre todo momentos de crisis psicológica. He visto la solitud de muchas personas y, aunque tenía que aparece que no me afectase, volvía a casa y no podía ni hablar". 

Valerio estuvo 42 días en aislamiento restrictivo al haber contraído el coronavirus y ahora se encuentra haciendo la Via Francigena para llegar el viernes a Roma cuando se juntará con sus hermanos y su familia: 

"Habíamos escrito una carta al Santo Padre en mayo y a finales de junio nos llega una llamada desde el Vaticano diciéndonos que Papa Francisco nos quería encontrar y a nuestras familias".

Valerio concluye que no sabe lo que sentirá el viernes cuando verá al papa Francisco: "Seguramente muchísima emoción después de tantos meses de duro trabajo y queremos sobre todo llevarles el testimonio del trabajo de los enfermeros. Es un sueño que se realiza".

Además de la caja el grupo de enfermeros le entregarán a Francisco la bata del hospital Cardiocentro con, bordado a mano, 2020 Año Internacional de los enfermeros.

"Si las cartas representan las lágrimas y la bata es símbolo de sudor de todos los enfermeros, llevamos también con nosotros las ganas de vivir, el amor al prójimo" concluyó Raffaele. 

Por su parte, María de 36 años pidió oraciones y dijo que está muy feliz por llevar las cartas al Papa, al igual que su hermana Stefania de 38 que dijo estar muy feliz por ser recibida por el Papa porque para ella “es como un padre” y añadió que “en nuestro trabajo hemos intentado hacer los pasos correctos, estábamos desesperados, pero el Papa colocó el mundo sobre sus hombros. Mostró que incluso en la situación más oscura todo se puede depositar delante de Jesús crucificado”.+