Jueves 18 de abril de 2024

El Papa nombró a monseñor Pizzaballa Patriarca de Jerusalén de los Latinos

  • 24 de octubre, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Actualmente monseñor Pierbattista Pizzaballa OFM era el administrador apostólico en la sede vacante de la misma circunscripción.
Doná a AICA.org

El administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, monseñor Pierbattista Pizzaballa, fue nombrado Patriarca de Jerusalén de los Latinos. 

Nacido el 21 de abril de 1965 en Cologno al Serio, diócesis y provincia de Bérgamo, se formó en el seminario menor de la provincia franciscana de Cristo Rey, en Bolonia, en septiembre de 1976, y el 5 de septiembre de 1984 inició el noviciado en el convento de La Verna. 

Aquí hizo su profesión temporal el 7 de septiembre de 1985, y en Bolonia el 14 de octubre de 1989 su profesión perpetua. Después del primer ciclo de estudios filosófico-teológicos, obtuvo una licenciatura en teología en el Pontificio Ateneo Antoniano de Roma. El 27 de enero de 1990 fue ordenado diácono y el 15 de septiembre de 1990 sacerdote en la catedral de Bolonia por el cardenal Giacomo Biffi.

La presencia en Tierra Santa
Al llegar a la Custodia de Tierra Santa el 7 de octubre de 1990, monseñor Pizzaballa completó sus estudios de especialización en el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén en 1993. 

Posteriormente fue profesor de hebreo bíblico en la Facultad Franciscana de Ciencias Bíblicas y Arqueológicas de Jerusalén. Inició su servicio en la Custodia de Tierra Santa el 2 de julio de 1999. 

El 9 de mayo de 2001 fue nombrado guardián del convento de los santos Simeón y Ana en Jerusalén. Dedicado a la pastoral de los fieles católicos de habla hebrea, fue nombrado vicario patriarcal en 2005 hasta 2008. 

El definitorio general de la Orden de los Frailes Menores lo eligió Custodio de Tierra Santa y Guardián del Monte Sión en mayo de 2004, cargo que mantuvo hasta abril de 2016. 

El 24 de junio de 2016 el papa Francisco lo nombró arzobispo titular de Verbe y administrador apostólico, sede vacante, de la diócesis patriarcal de Jerusalén de los Latinos. El 10 de septiembre, en la catedral de Bérgamo, fue consagrado obispo por el cardenal Leonardo Sandri.

Entre sus libros figuran "El poder del corazón" (Edición Terra Santa, 2016). Un texto en el que -como se lee en el prefacio de Romano Prodi- emerge el testimonio de quienes, "incluso en los contextos más prestigiosos (universidades y parlamentos), así como en cientos de encuentros y conferencias internacionales, creen en el entendimiento mutuo y la construcción paciente de la cultura de paz y derechos". 

A lo largo de los años, monseñor Pizzaballa fue portavoz de múltiples llamamientos para proteger una sociedad, la de Oriente Medio, que "siempre ha sido cultural y religiosamente pluriforme". Hoy asistimos a la negativa a reconocer esta diversidad -declaró en repetidas ocasiones- donde todos tienen su dignidad y sus derechos". 

En la meditación sobre el Evangelio del domingo 25 de octubre, el prelado franciscano recordó que "quien ama a Dios no puede dejar de amar a su prójimo. Quien dice amar sólo a Dios, quien usa esto para no ensuciarse las manos al final no ama a nadie, ni a Dios ni al prójimo, sino solo a uno mismo. No basta con amar a Dios: sería mucho más sencillo, todo estaría concentrado y agotado en el culto, la observancia, la oración”.

Diálogo entre religiones y culturas
"Estamos muy contentos por este nombramiento -dijo Giuseppe Caffulli, director de Holy Land Editions a Vatican News - estamos seguros de que su presencia en Jerusalén será una ayuda más para que toda la Iglesia de Tierra Santa camine unida alrededor de su pastor". Su obra en Jerusalén sigue siendo un punto de referencia no solo para la Iglesia latina, sino también en el ámbito ecuménico y en el diálogo interreligioso”.+