Sábado 23 de noviembre de 2024

El obispo de Iquique se une al llamado para destrabar el conflicto con los migrantes

  • 5 de mayo, 2023
  • Iquique (Chile) (AICA)
Monseñor Isauro Covili OFM emitió una declaración, en la que pone en el centro la dignidad de los migrantes que se encuentran varados en la frontera norte de Chile.
Doná a AICA.org

El obispo de Iquique (Chile), monseñor Isauro Covili OFM, emitió una declaración pública, en la que aborda la grave situación en la frontera entre Perú y Chile, donde varios cientos de familias migrantes, principalmente de Venezuela, Colombia, Haití y Ecuador, debieron salir de Chile, donde estaban indocumentados y la legislación actual no les ayuda, pero no han podido ingresar a Perú, quedando varados en la frontera desértica, expuestos a un clima duro y a la falta de alimentos, higiene y techo, desde hace ya 20 días.

Ante ello, el obispo expresa que “es cierto que no tienen documentos de identificación, pero sí tienen algo esencial: su dignidad de personas. Su vida es sagrada como la de todos, y tal condición reclama un respetuoso y buen trato”.

Más adelante, señala que las autoridades se incriminan recíprocamente, pero “lo cierto es que los países, incluyendo Chile, tienen leyes de migración deficientes y tienden a criminalizar el movimiento migratorio, por causa de actitudes y comportamientos de algunos migrantes. Denigrar la migración, refiriéndose a ella como ilegal, es desconocer que la humanidad, en su devenir diario, está en continuo movimiento”.

A continuación, cita un mensaje del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh): “La migración no debe ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad para construir un futuro de paz”.

Monseñor Covili adhiere, a su vez, a la declaración reciente de los obispos de Arica y de Tacna y Moquegua, expresando también su llamado “a las autoridades políticas, diplomáticas y organizaciones sociales de los países involucrados a realizar todos los mejores y adecuados esfuerzos, para dar lo antes posible una solución humanitaria y digna a todos los migrantes que se encuentran en la frontera. Que destraben tal situación antes que se vuelva más grave, con aumento de los niveles de violencia, y que por lo demás, es un problema provocado por decisiones políticas inadecuadas”.

“Insisto -sostiene el obispo- en que la solución a todo problema social solo será posible si se reconoce y respeta la dignidad de cada persona, pues este es un valor irrenunciable que no puede estar nunca en juego a la hora de solucionar problemas. Expresamos nuestro dolor por lo que viven y rechazamos los actos de violencia perpetrados por algunos migrantes”.

El obispo cierra su declaración pidiendo “que el Señor Jesús Resucitado bendiga el diálogo entre los países, para escuchar mejor los gritos en la frontera que suben a Dios y que interpelan a los gobiernos. Que los migrantes estén en el centro del discernimiento y de las decisiones políticas que correspondan al buen trato y una solución humana que cuide el bien común”.+