'El mundo necesita mujeres generosas', dijo el Papa León a las religiosas

El Santo Padre elogió a las religiosas que responden a la llamada de Dios y destacó el testimonio de las Carmelitas Descalzas en Tierra Santa, que rezan constantemente por la paz.

El papa León XIV recibió el lunes a un grupo de Hermanas Carmelitas Descalzas de Tierra Santa, así como a miembros de las Hermanas de Santa Catalina, Virgen y Mártir; de las Misioneras Salesianas de María Inmaculada; y de las Hermanas de San Pablo de Chartres, que se encuentran en Roma para sus respectivos Capítulos Generales.

Inspirándose en el rasgo común de la valentía que marcó sus inicios, el papa León reflexionó sobre un versículo del libro de Proverbios: "¿Quién hallará una mujer valiente? Su valor es mucho mayor que el de las perlas".

Fidelidad de Cristo
La respuesta, dijo, se encuentra en la historia de sus congregaciones, en las muchas "fuertes y valientes mujeres extraordinarias" que inicialmente respondieron al llamado de Dios y que allanaron el camino para las generaciones posteriores que, "siguiendo a Cristo, pobre, casta y obediente, continuaron la obra, a veces incluso hasta el martirio".

El pontífice recordó la fidelidad -que viene de Cristo y tiene sus raíces en "la ascesis, la oración, la devoción a los sacramentos y la intimidad con Dios y su Palabra"- que constituye la base de su vida consagrada, ya sea contemplativa o activa.

Si en un mundo "inmanentista" esto parece un "espiritualismo" de otro mundo, las obras de las diversas Congregaciones, debidas enteramente a "la fuerza que viene de Dios", muestran su relevancia en el mundo.

El Santo Padre continuó animando a los religiosos a abrazar la humildad, poniendo sus fuerzas en Él y permaneciendo cerca de Dios, precisamente para volver a participar en la obra de Dios en la vida cotidiana.

El mundo necesita mujeres generosas
Ese dinamismo, dijo el Papa, se puede ver en los fundadores y primeros miembros de sus respectivas congregaciones: Regina Protmann, María Gertrudis de la Preciosa Sangre, María Ana de Tilly (junto con el padre Louis Chauvet), Santa Teresa de Ávila y los eremitas del Monte Carmelo, todos "íntimamente unidos a Dios y, por tanto, consagrados a su servicio y al bien de toda la Iglesia".

Este, dijo el Papa León, "es el legado que han recibido y que hace que su presencia aquí sea tan significativa", e insistió: "De hecho, también en nuestros días hay necesidad de mujeres generosas".

El testimonio de los Carmelitas
Antes de concluir su discurso, León XIV destacó a las Hermanas Carmelitas Descalzas de Tierra Santa, subrayando su "presencia vigilante y silenciosa en lugares tristemente desgarrados por el odio y la violencia", su "testimonio de confiado abandono en Dios" y sus "constantes oraciones por la paz".

"Todos las acompañamos con nuestras oraciones, y a través de ustedes también nos acercamos a los que sufren", concluyó.+