Viernes 19 de abril de 2024

El Card. O´Brien presidió en el Pilar una ceremonia de los Caballeros del Santo Sepulcro

  • 19 de noviembre, 2014
  • Buenos Aires (AICA)
El cardenal Edwin Frederick O´Brien, arzobispo emérito de Baltimore (Estados Unidos) y Gran Maestre de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro, presidió el lunes 17 en la basílica del Pilar, la ceremonia de Cruzamiento (investidura) de Caballeros y Damas de esta obra de la Iglesia dedicada a la formación espiritual de sus integrantes y al sostenimiento material del Patriarcado Latino de Jerusalén. Al día siguiente, el cardenal norteamericano fue recibido en una amable audiencia por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli.
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El cardenal Edwin Frederick O´Brien, arzobispo emérito de Baltimore (Estados Unidos) y Gran Maestre de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro, presidió el lunes 17 por la noche en la basílica del Pilar, la ceremonia de Cruzamiento (investidura) de Caballeros y Damas de esta obra de la Iglesia dedicada a la formación espiritual de sus integrantes y al sostenimiento material del Patriarcado Latino de Jerusalén.

Al día siguiente, por la mañana, el cardenal fue recibido por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, en una amable audiencia en la curia metropolitana. Concurrió allí, junto con su secretario, el sacerdote norteamericano Ernest Civelli, acompañado por el lugarteniente argentino de la Orden, Eduardo Santamarina, y por los miembros Rodolfo Lanús de la Serna, Carlos Regúnaga, Fernando Menéndez Behety y Juan Manuel Medrano. Luego, el cardenal Poli le mostró la Catedral al ilustre visitante, que vino expresamente desde Roma al país para este acto y partió anoche para los Estados Unidos. En la visita a la catedral rindieron homenaje al general San Martín en su mausoleo y realizaron un rato de oración ante el sagrario en la capilla del Santísimo.

En la ceremonia efectuada en la basílica del Pilar, colmada de fieles hasta la entrada, fueron investidos como caballeros Rómulo Bustillo, Juan Carlos G. Dupuis, José Enrique García Enciso, Federico Highton, Enrique Laxague e Hilario Muruzábal Herrera. Recibieron, de rodillas, la espada y las espuelas correspondientes, según una antigua tradición, que se remonta al año 1100, vistiendo largas capas blancas.

Al imponer a cada uno esos atributos, el cardenal los instó a recibir "la cruz de Nuestro Señor Jesucristo para que El los proteja" y dijo que "el Reino de Dios no se conquista con la espada sino con la fe y la caridad".

Vestidas de negro, con mantillas en su cabeza, fueron incorporadas como damas, haciendo profesión de fe y promesa de vida cristiana, Eliana Larrain Claro de Santamarina, Teresa Manochi de Grimaux y María Magdalena D´Abbadie de Laxague. Recibieron unas capas negras, con la insignia de Tierra Santa en rojo.

En el acto fueron promovidos a comendadores Horacio Beccar Varela, Raúl Crespo Montes, Guillermo V. Lascano Quintana, Lucio C. Somoza y Susana Llorente de Sainz Ballesteros.

Finalmente, el lugarteniente, Eduardo Santamarina, rezó la oración de la Orden, donde se promete defender la religión católica y vivir la caridad hacia el prójimo, especialmente los pobres y enfermos. Se pidió a Nuestra Señora de Palestina "ruega por nosotros".

Participó en la ceremonia el Gran Prior de la Orden en la Argentina, monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata. Al concluir el acto se pasó a un salón y un patio de la basílica, donde los nuevos miembros fueron felicitados por los numerosos presentes, que participaron de animadas conversaciones hasta cerca de las 23.

Ser Caballero o Dama del Santo Sepulcro significa asumir el compromiso de luchar por Cristo y su Iglesia, con el propósito de dar testimonio de vida cristiana y proteger el legado cristiano en Tierra Santa, sosteniendo la actividad del Patriarcado Latino de Jerusalén.

La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén
La Orden, que se remonta al año 1100, es una institución eclesial con personería jurídica de derecho canónico según las cartas apostólicas de Pío XII del 14 de septiembre de 1949, y de Juan XXIII del 8 de diciembre de 1962, y con personería jurídica vaticana, según el Rescripto del papa Juan Pablo II del 1 de febrero de 1996.

La cabeza de la Orden es el Santo Padre, quien designa a un cardenal que preside el Gran Magisterio, actualmente el cardenal Edwin Frederick O´Brien, arzobispo emérito de Baltimore (Estados Unidos), secundado por el gran Magisterio con sede en el Vaticano.

La institución eclesial tiene entre sus objetivos incrementar la práctica de la vida cristiana de sus integrantes con absoluta fidelidad al Papa; sostener y ayudar a las obras y las instituciones caritativas, culturales y sociales de la Iglesia católica en Tierra Santa, particularmente en aquellas situadas en el Patriarcado Latino de Jerusalén (comprende Israel, Jordania, Palestina y Chipre) cuyo actual Patriarca -segunda autoridad de la Orden- es monseñor Fouad Twal.

Los 30.000 caballeros y damas miembros de la Orden se encuentran distribuidos en 67 lugartenencias en el mundo, incluyendo países como Filipinas, Rusia, Mónaco, Alemania, Estados Unidos, España, Italia, Holanda, Austria, Polonia, Irlanda, Inglaterra, Escocia, Polonia, Australia, Canadá, etc.

En la Argentina se estableció en 1888 y décadas después disminuyó su actividad hasta suspenderse a comienzos de la década de 1970. Fue recreada con el apoyo del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Antonio Quarracino, en 1997, merced a gestiones del doctor Isidoro Ruiz Moreno, que promovió su restauración y quedó como lugarteniente en los años inmediatamente siguientes.

Para contactarse con la Orden en la Argentina, puede escribirse a eduardosanta@santamarinabolsa.sba.com.ar.+ (Jorge Rouillon)