Martes 21 de octubre de 2025

El Bicentenario del natalicio de Esquiú y el camino sinodal, ejes del Codipa

  • 21 de octubre, 2025
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
Participaron referentes de la pastoral diocesana en Catamarca y contó con la presencia del obispo Luis Urbanc. "Que podamos ser en verdad una Iglesia sinodal", planteó.
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Representantes laicos, sacerdotes y religiosas de parroquias, pastorales, movimientos e instituciones, que realizan su tarea evangelizadora en la diócesis de Catamarca, participaron el 18 de octubre de la reunión ampliada del Consejo Diocesano de Pastoral (Codipa). 

El encuentro se desarrolló en las instalaciones del colegio Santa Rosa de Lima y Cristo Rey, de la capital provincial, con la presencia del obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, y del vicario de Pastoral, presbítero Julio Murúa, quien estuvo a cargo de coordinar la convocatoria.

La jornada se inició con la adoración eucarística, en la capilla, presidida por el obispo, quien agradeció la presencia de los participantes llegados desde distintos puntos del territorio diocesano. Luego hizo referencia a San Lucas, a quien la Iglesia recordó en este día, afirmando que "escuchamos este texto sobre la elección que hace Jesús de 72 discípulos que envía por delante para que vayan preparando los corazones de la gente para acoger el mensaje de salvación, el mensaje del amor de Dios".


"En el texto les deja a los discípulos una consigna muy importante y que nosotros lo tenemos que trabajar ahora en nuestro tiempo, los envía como mensajeros de la paz. El mundo está muy necesitado de paz, probablemente los primeros necesitados somos nosotros, tener paz en el corazón, y solamente tendremos esa paz si lo tenemos a Jesús porque Él es la paz", profundizó.

"Que podamos ser en verdad una Iglesia sinodal"
Monseñor Urbanc invitó a "aprovechar esta jornada para escuchar al Señor con una actitud de gran docilidad y de apertura del corazón al Espíritu Santo, para que podamos discernir en este momento qué nos pide a todos como conjunto y qué me pide a mí como persona".

"Nosotros tenemos que responder a ese llamado que Jesús nos hace -y me hace-, para que nos comprometamos con su causa, que es la felicidad de todo ser humano, y lo vamos a concretar en nuestra querida diócesis de Catamarca, en la entrega de cada uno allí donde estamos: en una institución, parroquia, movimiento, en algún servicio eclesial", agregó.

"Que San Lucas, el evangelista -pidió- nos entusiasme hoy con la palabra de Jesús, que seamos personas que meditamos la palabra del Señor todos los días; que podamos ser en verdad, testigos de esa Palabra con nuestras acciones, enseñanzas y disponibilidad. Que esto nos ayude a ser verdaderamente esa Iglesia sinodal. La Iglesia es una familia que camina unida, es una comunidad, es un pueblo que peregrina siendo peregrinos de esperanza. La esperanza nos sostiene, nos motiva, nos llena de alegría, nos hace ver que Dios sigue obrando en este mundo muy fuertemente. Que Lucas, el evangelista, nos haga a cada uno también evangelios vivos para nuestros hermanos".

La vida del beato Esquiú en clave pastoral
Seguidamente, en el patio del colegio, el padre Murúa dio la bienvenida a los delegados y las pautas para la reunión, que estuvo centrada en el Bicentenario del Natalicio del Beato Mamerto Esquiú y el camino sinodal con las Asambleas Parroquiales de 2026.

En torno al primer eje, el presbítero Juan Ramón Cabrera, rector del santuario catedral, brindó su exposición sobre "La vida del Beato Esquiú en clave pastoral, su legado".


Después de algunas consideraciones sobre la acción pastoral en la diócesis, destacó que "la vida pastoral de Fray Mamerto Esquiú se caracterizó por su profunda fe", en torno a la cual gira la primera Carta, que dirige al clero y a toda la comunidad de ese tiempo, subrayando la vigencia de su mensaje.

También indicó que "es importante la presencia de las Sagradas Escrituras dentro de la pastoral", apuntando que "para alcanzar firmeza y estabilidad en la fe nos ayudan muchísimo dos cosas: pedir al Señor el Espíritu Santo y hacer continuos actos de fe".

Como síntesis, afirmó que la vida del beato Esquiú "se caracterizó por su profunda fe, su labor incansable como fraile franciscano, sacerdote y obispo, su cercanía a los pobres y necesitados, teniendo en cuenta que una de las patas que nos indicó el obispo es la Caridad; las otras son la Liturgia y la Catequesis; su entrega a la promoción de la paz, la unidad nacional a través de sus predicaciones y su ejemplo de humildad y austeridad".

Enfatizó que "Esquiú fue un hombre contemplativo en la acción, que iluminó su ministerio con el Evangelio y se dedicó a asistir a los enfermos y administrar los sacramentos", a la vez que ponderó "su gran amor a la Virgen: siempre que podía, sus homilías terminaban invocando a la Inmaculada Concepción del Valle".

Trabajo en grupos y el Diaconado Permanente
Dentro de las dinámicas previstas para la jornada, se trabajó en grupos para realizar aportes en torno a la celebración del Bicentenario del Natalicio del Beato Esquiú y, en otro momento, a las Asambleas Parroquiales que se desarrollarán el año próximo como parte del camino sinodal iniciado en la diócesis.

Asimismo, se presentó el Diaconado Permanente que se implementará en la Iglesia local, su significado y los requisitos para abrazar este servicio.

También hubo espacio para tratar el Calendario Diocesano y la página web de la diócesis como nuevo servicio comunicacional.

En el cierre, monseñor Urbanc guió la oración de despedida con el rezo del Ángelus y la bendición final.+