El arzobispo cumple el deseo del fundador de la ciudad de La Plata
- 20 de noviembre, 2021
- La Plata (Buenos Aires) (AICA)
Al finalizar el Te Deum por los 139 años de la ciudad, monseñor Víctor Fernández y el intendente Julio Garro colocaron sobre la tumba de Dardo Rocha la bandera nacional, tal su deseo póstumo.
El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió el 19 de noviembre el tradicional tedeum por el 139° aniversario de la ciudad capital de la provincia de Buenos Aires en la catedral, al que asistió el intendente Julio Garro junto con autoridades del gobierno local y provincial, y representantes de la Mesa de Diálogo Interreligioso, entre otras.
El arzobispo platense invitó a observar lo que representa la dimensión del tiempo, al expresar: “Hoy ocurre lo que se llama sobreaceleración o rapidación, en donde todo se tiene que hacer aceleradamente, rápido”.
Pero, indicó, hay cosas que no se pueden hacer así, como por ejemplo “llegar a un acuerdo, educar, cuidar a otros, prestar atención a tu hijo que te habla, reflexionar sobre la marcha de la propia vida, contemplar la naturaleza”, y recordó que la Biblia dice que todo tiene un tiempo bajo el sol. Por eso “estas cosas necesitan tiempo y lentitud, sacar el pie del acelerador. Si no, la calidad de los vínculos humanos se vuelve pésima”.
Monseñor Fernández aseguró que si bien la medicina contribuyó a la prolongación de los años de vida, y la tecnología permitió ahorrar mucho tiempo, sin embargo, siempre “nos falta tiempo”. En ese sentido, además, añadió que “aun el tiempo libre se convierte en una obligación de hacer cosas. Hacemos una lista de lo que tenemos que hacer y en lugar de descansar y despejarnos terminamos cansados de cumplir la lista”.
“Y aunque se habla de vivir el momento presente, siempre se está haciendo algo pensando en lo que viene después, y cuando uno termina de vivir una experiencia ya no le basta, necesita correr hacia otra cosa”, sostuvo, y alertó que todo esto muestra que “nuestra obsesión por el tiempo no nos hace bien, no nos madura, no nos salva”.
En definitiva, señaló, “hay un camino de salida, recordar que lo que más vale es el tiempo que damos gratuitamente, dar tiempo a otro que te necesita nunca es tiempo perdido y se queda dentro de uno como algo grande, noble, bello. La sonrisa de un hijo feliz, el rostro sereno de un amigo que recuperó la paz, son el mejor premio”.
Además, recalcó que “cuando a alguien le ha tocado una autoridad, una función pública, tiene la enorme posibilidad de usar su tiempo para construir muchos de esos momentos, y así darle un sentido tan hondo a su tarea”.
Finalmente, monseñor Fernández señaló que “eso es lo que pedimos hoy. Que tanto las autoridades como cada ciudadano de La Plata encuentren en el don si mismos a los demás el sentido de su tiempo, porque así nacerá una ciudad cada vez mejor”.
El deseo de Dardo Rocha
Finalizado el tedeum, monseñor Fernández recordó que el deseo del fundador de la ciudad de La Plata era que se lo sepultara en la catedral, cubierto por la bandera argentina. Por eso invitó al intendente Garro a dirigirse a la cripta, donde colocaron sobre la tumba de Dardo Rocha la bandera nacional, que se mantendrá allí hasta fin de año, debido a que se celebran los 100 años de su muerte.
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