Viernes 29 de marzo de 2024

Dramático informe revela plan de aniquilación de comunidades en el este de RDC

  • 2 de febrero, 2023
  • Kinshasa (República Democrática del Congo) (AICA)
La Comisión de Justicia y Paz de la arquidiócesis de Bukavu denunció el uso de violaciones y demás abusos como arma de guerra por parte de los grupos armados que asolan el este del país.
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“Una acción destinada a humillar y matar a una comunidad mediante actos crueles y a veces sistemáticos, perpetrados contra tal o cual pueblo”, así define el padre Justin Nkunzi -director de la Comisión "Justicia y Paz" de la arquidiócesis de Bukavu, capital de Kivu del Sur- el uso instrumental de la violencia sexual como arma de guerra por parte de los más de 120 grupos armados que asolan las tres provincias del este de la República Democrática del Congo. 

El papa Francisco, en visita apostólica al país africano, escuchó ayer relatos crudos y desgarradores de víctimas de abuso físico y mental en la guerra que golpea el este del país y se unió al dolor del pueblo juzgado, dirigiéndose con firmeza a las “entidades” que trabajan en esta guerra. "Ya es suficiente", exhortó el pontífice.

El Santo Padre lamentó que estas situaciones críticas que viven los ciudadanos de lugares como Bunia, Beni-Butembo, Goma, Masisi, Rutshuru, Bukavu o Uvira estén olvidadas completamente por los medios de comunicación internacionales, pese a ser “rehenes por la arbitrariedad del más fuerte, por el que posee las armas más potentes, armas que siguen circulando”, señaló.

El informe de Justicia y Paz, difundido este jueves por la agencia Fides, revela que “el objetivo es aniquilar a las poblaciones locales en su carácter de comunidades e inducirlas a abandonar las zonas”.

“La mujer es considerada ante todo madre”, subraya el informe. “Ella da la vida. Ella es todo lo que es sagrado en la tradición africana. En ese contexto, la violencia contra las mujeres se considera una forma de infligir la muerte a toda una comunidad. Es una forma de golpear al corazón de la comunidad”

De hecho, esos delitos llevan produciéndose desde los años noventa. “En la cultura congoleña, hacer violencia a una mujer es hacer violencia a la madre, porque es ella quien da la vida y educa a su prole. Las violaciones son planeadas como táctica de guerra por personas que conocen bien la comunidad local. La violencia es, por tanto, la marca indeleble de una guerra sin fin. 

"Las víctimas son a menudo niñas, las más débiles y vulnerables”, comunicaba a la Agencia Fides desde Bukavu, ya en 2021, el padre Bernard Ugeux, sacerdote de origen belga perteneciente a la Congregación de los Misioneros de África.

Por otra parte, la agencia Fides recuerda que, en 2018, el Premio Nobel de la Paz fue concedido al doctor Denis Mukwege, médico y pastor protestante congoleño, nacido en Bukavu, que desde hace décadas trata a mujeres y niñas víctimas de violaciones de guerra en el este de la RDC, en el hospital de Panzi, en la capital de Kivu del Sur.+