Jueves 21 de noviembre de 2024

Covid: los religiosos renuevan su compromiso hacia los más vulnerables

  • 26 de marzo, 2021
  • Roma (Italia) (AICA)
Un año después del inicio de la pandemia, los religiosos agradecen a Dios por la generosidad con la que tantos religiosos entregaron su esfuerzo, incluso su vida para cuidar a los afectados.
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Las Superioras Generales y los Superiores Generales de las familias religiosas, en una carta dirigida a los miembros de sus comunidades dan gracias a Dios, -un año después del inicio de la pandemia del Covid-19- por la generosidad con la que tantos de sus miembros entregaron su esfuerzo, energías e incluso su propia vida para cuidar a cuantos "se vieron afectados por este insidioso virus".

Asimismo, "confiando en la Divina Misericordia", encomiendan al Señor las religiosas y los religiosos que, afectados por el virus, dieron fin a su camino en la tierra, a veces también ellos en una dolorosa “soledad”, pero siempre acompañados del cariño, la oración y la cercanía de sus familias religiosas.

La carta destaca que “compartiendo el grito de toda la humanidad, vivimos con gran esfuerzo este último año lleno de angustias, sufrimientos y penurias, para proteger al máximo la vida y la salud de los que nos fueron confiados”.

El texto añade: “Mientras se consolidan los métodos de prevención y tratamiento que nos permitan afrontar el desafío presente y hacer que estemos más atentos y preparados para el futuro, esperamos que todas las poblaciones del planeta, incluso las más pobres, puedan acceder a la providencial vacuna e instamos a todos religiosos y religiosas que se conviertan en promotores de este compromiso tanto en sus propias familias religiosas como en la región donde sirven”.

“Además, como responsables de numerosas residencias de ancianos o con diversos tipos de discapacidad, queremos reafirmar nuestro compromiso de seguir poniendo a la persona en el centro de los servicios que ofrecemos y a promocionar la vida con la mejor calidad posible como objetivo específico de nuestras instituciones, buscando mejorar continuamente la calidad de nuestra oferta”.

Los superiores religiosos escriben que a raíz del reciente documento de la Pontificia Academia para la Vida “La vejez: nuestro futuro. La condición de los ancianos después de la pandemia”, reafirmamos que la persona siempre debe estar en el corazón de todo servicio asistencial.

“Estamos convencidos que la familia, principalmente si se trata de una familia sólida, que se ama y vive feliz, es el lugar más adecuado para vivir la propia existencia hasta el último día; por ello continuamos con nuestro compromiso de ayudar a las familias en este esfuerzo. Lamentablemente, también debemos tener en cuenta que, sobre todo en la sociedad occidental, hoy la familia está a menudo en crisis”.

“Con realismo, sigue el texto, nos parece que podemos decir que la mayor parte de las personas alojadas en nuestras residencias, si no estuvieran en ellas, en realidad vivirían en una soledad casi continua”.

Por tanto, mantenemos el compromiso de nuestras familias religiosas de “acoger” y ofrecer un hogar con la posibilidad de relaciones interpersonales sanas y sanadoras, a muchas personas que continúan llamando a nuestras puertas, las cuales, debido a las dificultades de su situación de origen, no son capaces de satisfacer sus necesidades asistenciales.

Que el Espíritu continúe dando a nuestras familias religiosas la fantasía de la caridad que animó a nuestros fundadores y fundadoras quienes, obedeciendo el mandamiento del Señor de anunciar el Evangelio y cuidar a los más débiles, hicieron realidad numerosas posadas del Buen Samaritano ayudando a muchos hermanos y hermanas a bendecir la vida hasta su término, concluye la carta.+