Jueves 21 de noviembre de 2024

Con un llamado a volver al Señor, Deán Funes celebró el inicio de la Cuaresma

  • 4 de marzo, 2022
  • Deán Funes (Córdoba) (AICA)
Con una misa presidida por el obispo, monseñor Gustavo Zurbriggen, la comunidad de Deán Funes celebró el Miércoles de Ceniza. Tiempo para volver al señor y cambiar los malos hábitos, instó el prelado.
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La comunidad de la prelatura de Deán Funes se congregó este miércoles en la catedral Nuestra Señora del Carmen, para participar de la Eucaristía de Ceniza, que dio inicio al tiempo de Cuaresma.

La celebración estuvo presidida por el obispo prelado, monseñor Gustavo Zurbriggen, quien en su homilía se refirió a la importancia de estos 40 días previos a la Pascua "para volver al Señor a través del arrepentimiento y el cambio de los malos hábitos y costumbres.

Además, recordó la importancia de practicar la limosna, para no volvernos egoístas y avaros; la oración, que nos pone delante de Dios para escuchar su Palabra y vernos como Él nos ve, para reconocer nuestros pecados y pedir perdón; y como último medio, el ayuno, como adiestramiento para luchar contra vicios y pecados.

Citando al Santo Padre en su encíclica Fratelli tutti, monseñor Zurbriggen invitó también a ‘’no cansarnos de extirpar el mal de nuestra vida. Que el ayuno corporal que la Iglesia nos pide en Cuaresma fortalezca nuestro espíritu para la lucha contra el pecado. No nos cansemos de pedir perdón en el Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, sabiendo que Dios nunca se cansa de perdonar", animó. "No nos cansemos de luchar contra esa tendencia interior que nos impulsa hacia el egoísmo, hacia toda clase de mal, y que a lo largo de los siglos ha encontrado modos distintos para hundir al hombre en el pecado".

En este espíritu de reconciliación, recordó también las palabras del Papa en la Jornada de Oración por el fin de la Pandemia en la Plaza de San Pedro, en la que nos decía que “nadie se salva solo, porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de la historia; pero, sobre todo, nadie se salva sin Dios, porque sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte’’.

Luego de dos años de pandemia, se retomaron los ritos habituales y la catedral estuvo colmada de fieles.+