Viernes 25 de octubre de 2024

Con el nacimiento de Jesús se cumplió la profecía de Isaías

  • 21 de diciembre, 2016
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
Como lo hace todas las semanas, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, envió a la comunidad diocesana iguazuense unas reflexiones sobre la cercanía de la fiesta del nacimiento del Salvador, la Navidad, en la que "Dios viene a nosotros hecho carne asumiendo la humanidad y trayendo en ella los dones de las promesas mesiánicas", una de las cuales es la famosa promesa de Isaías, en la que el profeta dice que "la virgen está embarazada y dará a luz a un hijo que se llamará Emmanuel que significa Dios con nosotros", una profecía que se cumplió siete siglos más tarde con el nacimiento de Jesús.
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Como lo hace todas las semanas, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, envió a la comunidad diocesana iguazuense unas reflexiones sobre la cercanía de la fiesta del nacimiento del Salvador, la Navidad, en la que "Dios viene a nosotros hecho carne asumiendo la humanidad y trayendo en ella los dones de las promesas mesiánicas", una de las cuales es la famosa promesa de Isaías, en la que el profeta dice que "la virgen está embarazada y dará a luz a un hijo que se llamará Emmanuel que significa Dios con nosotros", una profecía que se cumplió siete siglos más tarde con el nacimiento de Jesús.

"El Evangelio de San Mateo -señaló monseñor Martorell- confirma esta interpretación, cuando al concluir la narración del nacimiento milagroso y virginal de Jesús, dice: "Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta".

"Mateo escribe para el pueblo judío y como judío conoce las Escrituras y sobre todo las profecías del pueblo y espera -como espera el pueblo- que éstas se cumplan, y al escribir la luz del Espíritu que guía sus manos, le hace demostrar que Jesús es el Mesías, que es verdadero hombre, hijo de David, hijo de Abraham y narrando su nacimiento de María Virgen, hecha madre por obra del Espíritu Santo, afirma que Jesús es verdaderamente Dios, declarando, conforme a la profecía de Isaías que es el Salvador prometido por los profetas, el Emmanuel, Dios con nosotros".

Por eso el obispo de Iguazú expresó que "vivir la Navidad es vivir todo el misterio de Cristo y recibir la gracia de prepararse de todo corazón para renacer con Cristo a una vida nueva", porque "después de la Navidad somos hombres nuevos que tenemos una vida nueva para ser vivida con intensidad en la gracia y los sacramentos".

Monseñor Martorell aconsejó "no hacer de la Navidad una fiesta más, una fiesta que tradicionalmente festejamos, ni menos aún una fiesta pagana. Hagamos de ella lo que ella es y significa: el recuerdo vivo del nacimiento de Jesús, el nacimiento de una vida nueva que se centra en la esperanza de un mundo mejor".

"Reavivemos nuestra fe en el Señor del cielo y de la tierra, y renovemos en nuestros corazones la alegría de sabernos hombres y mujeres nuevos, jóvenes y niños con la esperanza puesta en que Jesús que nace hará renacer en nuestros corazones y en nuestras mentes el deseo y la esperanza de un mundo mejor, un mundo pacífico en la construcción de un amor que no se desgasta por el tiempo, y que cada día podemos hacer florecer con más fuerza", concluyó el obispo de Puerto Iguazú.+