Domingo 24 de noviembre de 2024

Catamarca: en un clima de fiesta, se cerró el mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús

  • 2 de julio, 2024
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
La jornada contó con la presencia del obispo, monseñor Luis Urbanc, quien llamó a experimentar "el abrazo misericordioso de Jesús, para ser testigos de la vida, del amor y de la misericordia de Dios"
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La comunidad diocesana de Catamarca celebró, el domingo 30 de junio, la clausura del mes dedicado a honrar al Sagrado Corazón de Jesús. La jornada tuvo lugar en la parroquia puesta bajo su patrocinio, con sede en la calle 1ero. de Mayo, frente a la plaza 25 de Agosto.

Los festejos comenzaron con una procesión desde la capilla San Cayetano, de la que participaron fieles y devotos de las comunidades que forman parte de la jurisdicción parroquial, junto con el párroco, el padre Salvador Acevedo, destacándose la presencia de los niños de la Catequesis, algunos con sus pequeños ponchos amarillos.

A su arribo al templo parroquial, las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y del beato Mamerto Esquiú fueron recibidas en un clima de fiesta por los acordes de la Banda de Música de la Municipalidad de la Capital. En el atrio, se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y del Himno a Catamarca, tras lo cual se procedió al ingreso al templo, para participar de la santa misa presidida por el obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, y concelebrada por el padreAcevedo.

En su homilía, el prelado pidió que "hagamos el esfuerzo de cooperar con la gracia de Dios, para que vayamos sacando de nuestra vida el error: tenemos que aprender a vivir siempre en la verdad. Para eso, necesitamos dejarnos iluminar por el Espíritu Santo, para que podamos ver la verdad y vivir en ella".

Junto con ese pedido de Jesús de que vivamos en la verdad, sostuvo que el Evangelio también habla de esa gran verdad que es la vida. "La vida es el primer derecho que hemos recibido de parte de Dios, el primer don; y, como es don de Dios, es un derecho, porque, cuando Dios nos da algo, nos lo da y se compromete para cuidarlo, pero también pide que nosotros cuidemos la vida", planteó.

Refiriéndose al Evangelio, recordó que "Jesús manifiesta que Él es Dios y tiene poder sobre la muerte, y que la muerte no es lo definitivo, no es la destrucción total, sino que es como un sueño, esperando la resurrección final. Pero el milagro está en que Jesús, por un tiempo ha devuelto a esa niña para que esté con sus padres, con sus amigos, quizás luego haya muerto mayorcita, eso no sabemos, porque todos tenemos que dejar este mundo".

Más adelante, invitó a que "le pidamos al Señor que renueve nuestra fe y nos dé la luz que necesitamos para saber mirar esta realidad última, mientras peregrinamos por este mundo, que es la muerte. Que la sepamos ver como un paso de este tipo de vida a otra vida; de una vida de dolor a una vida sin dolor; de una vida donde todo se corrompe y es frágil, a una vida donde todo está dominado por la inmortalidad, por la presencia de Dios; de una vida limitada a una vida de plenitud".

Finalmente, rogó "que experimentemos el abrazo misericordioso del Corazón de Jesús, para ser siempre testigos de la vida, del amor y de la misericordia de Dios en este mundo que nos toca transitar; un mundo que a veces está descreído, que tantas veces le da la espalda a Dios. Que tengamos esa luz de Jesús, que se nos regaló en el Bautismo por medio de la fe, que la debemos sostener con la esperanza y alimentar con el amor".+