Domingo 17 de agosto de 2025

Card. Blázquez: Una sociedad sin diferencia de sexo, vacía el fundamento de la familia

  • 21 de noviembre, 2017
  • Madrid (España) (AICA)
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, cardenal Ricardo Blázquez, pronunció el discurso de apertura del 110° Asamblea Plenaria del episcopado español, que comenzó este lunes 20 de noviembre. Ante la presencia del nuncio apostólico, monseñor Renzo Fratini, el cardenal Blázquez reflexionó en torno a cinco temas relevantes: la relación hombre y mujer en el contexto de Amoris Laetitia del papa Francisco; la preocupación por Europa; el desarrollo de los acontecimientos en Cataluña; la pastoral educativa; y el anuncio de la Palabra de Dios.
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El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, cardenal Ricardo Blázquez, pronunció el discurso de apertura del 110° Asamblea Plenaria del episcopado español, que comenzó este lunes 20 de noviembre. Ante la presencia del nuncio apostólico, monseñor Renzo Fratini, el cardenal Blázquez reflexionó en torno a cinco temas relevantes: la relación hombre y mujer en el contexto de Amoris Laetitia del papa Francisco; la preocupación por Europa; el desarrollo de los acontecimientos en Cataluña; la pastoral educativa; y el anuncio de la Palabra de Dios.

El cardenal español señaló que la exhortación Amoris Laetitia del papa Francisco señala dos desafíos planteados por la situación actual: el respeto a la mujer y la reciprocidad entre hombre y mujer.

Sobre la "ideología de género, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y mujer", el purpurado explicó que "al presentar una sociedad sin diferencia de sexo, vacía el fundamento antropológico de la familia".

"Esta ideología promueve, a través de leyes y proyectos educativos, una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer".

"Desaparece la relación personal en la transmisión de la vida de un ser humano; en lugar de generación deberíamos hablar de producto de laboratorio, con la consiguiente cosificación del ser humano", ha advertido, al tiempo que ha añadido que "la paternidad y maternidad no son realidades que el hombre pueda componer o descomponer a su arbitrio".

Así, pidió que los avances técnicos que se han conseguido en los últimos tiempos no lleven a los hombres a "conculcar los límites de la dignidad del hombre".

Además, sobre la ideología de género, dijo que reconocen "el influjo que la cultura y las costumbres han tenido y tienen sobre la familia, el matrimonio y la relación entre varón y mujer", pero ha precisado que esto "es muy distinto de pretender separar el sexo como hecho biológico del género como hecho cultural".

"La sexualidad binaria, masculina y femenina, tiene como fin la donación íntima y la transmisión de la vida. Aunque el género tenga un fuerte componente cultural, no es independiente del sexo. No es acertado, consiguientemente, afirmar que exprese subordinación de la mujer el que conciba, geste y alumbre a los hijos; como no indica privación el que el varón no realice esas actividades vitales", ha argumentado.

En cualquier caso, ha defendido que hombres y mujeres son "iguales en dignidad" y "nadie debe ser ni privilegiado ni postergado". "La diferencia está ordenada a la complementariedad y no a la discriminación", indicó.

En este sentido, ha condenado la violencia machista y ha lamentado el asesinato a manos de sus parejas o ex parejas de casi medio centenar de mujeres y ocho niños en lo que va de año.

"La idéntica dignidad personal del varón y la mujer nos mueve a rechazar toda forma tanto de prepotencia y autoritarismo como de discriminación y humillación. ¿Cómo es posible que la suma intimidad entre personas se convierta en violencia suprema? ¡Cuántas mujeres han muerto en el año en curso a manos de sus maridos o convivientes, parejas o consortes!", exclamó.

En relación a Europa, desde hace años la Iglesia viene expresando amor y preocupación. Además de las dos asambleas especiales del Sínodo de los obispos, dedicadas a Europa, los papas se han referido a la situación de Europa como un reto que desafía como ciudadanos y como cristianos. Europa no es sólo una tierra, es una tarea espiritual, que precisa de la contribución cristiana para el futuro del proyecto europeo.

"Sin la luz de Dios, la oscuridad sobreviene a la humanidad. El reconocimiento de Dios garantiza la vida del hombre. En la construcción europea, la herencia de Atenas y Roma fue recibida, asimilada, compartida y trasmitida por la Iglesia. El sentido de la persona, formada a imagen de Dios, es quizá la mayor aportación que podemos hacer a Europa. Ver en el otro ante todo a una persona comporta reconocer lo que me une a él; y este reconocimiento nos hacer ser comunidad", expresó.

En relación a Cataluña, el desarrollo de los acontecimientos vividos en los últimos meses preocupaba de manera creciente. "La Iglesia, que colaboró eficazmente en la Transición política, aunque esto no siempre sea reconocido, desea cumplir su misión de reconciliación y pacificación. El ministerio de los obispos y presbíteros está al servicio de la comunión eclesial y de la convivencia pacífica de los ciudadanos. Su renuncia a la militancia política favorece que nadie se considere extraño a la comunidad cristiana por sus opciones legítimas".

En cuanto a la pastoral educativa, la Iglesia no aspira a privilegio, reclama la libertad religiosa con las otras confesiones religiosas. La aconfesionalidad del Estado significa que el Estado no profesa ninguna confesión religiosa, pero los ciudadanos pueden vivir según sus propias confesiones religiosas. El Estado debe proteger el derecho a la libertad religiosa y a la libertad educativa que incluye el derecho de los padres a la educación de sus hijos conforme a sus convicciones, como ampara nuestra Constitución y las grandes Declaraciones del Derecho Internacional.

En continuidad con el Plan Pastoral, la Asamblea Plenaria se centra también en la atención y difusión de la Palabra de Dios. El proyecto de creación de un Departamento de Pastoral Bíblica buscará fomentar el mejor conocimiento de la Sagrada Escritura y la creación de grupos bíblicos y de animadores litúrgicos, que sigan el método de la lectio divina y anuncien a Jesucristo, en la vida ordinaria, con hechos y palabras. +