Jueves 21 de noviembre de 2024

Cada día miles de personas inocentes pierden la vida en Tigray

  • 26 de enero, 2022
  • Adigrat (Etiopía) (AICA)
En una crisis sin precedentes, la situación en la región de Tigray empeora de día en día. La enfermedad y la muerte están por todas partes.
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En una crisis sin precedentes, la situación humanitaria en la región etíope de Tigray empeora de día en día. Millones de niños sufren de desnutrición severa, ya que muchas personas están reducidas al hambre, incluidos los desplazados internos. La enfermedad y la muerte están por todas partes, especialmente entre los niños, los ancianos, las personas de alto riesgo debido a enfermedades crónicas y al COVID-19.

El Secretariado Diocesano Católico de Adigrat (ADCS) denunció así a la Agencia Fides el agravamiento de la crisis humanitaria en la región etíope de Tigray, que tiene su centro gubernamental en la ciudad de Adigrat.

Desde principios de noviembre de 2020 hasta mediados de junio de 2021, la ADCS y las congregaciones religiosas que operan bajo la Eparquía, contribuyeron a salvar vidas afectadas por la guerra. Sin embargo, debido a las múltiples limitaciones, como las restricciones de seguridad a la circulación y el acceso, la limitación de la retirada de efectivos y a la escasez de suministros básicos en el mercado, la ayuda humanitaria se limita a las ciudades y zonas cercanas a las rutas principales.

La situación se agravó aún más por el bloqueo del transporte terrestre y aéreo. “Como otras organizaciones humanitarias, no podemos seguir respondiendo a las emergencias, llegar a los afectados por la guerra y aliviar su sufrimiento”, expresó el director diocesano, padre Abba Abraha Hagos. Se trata de una crisis humanitaria que no tiene precedentes, en la que cada día que pasa, cada hora que pasa, miles de víctimas inocentes pierden la vida.

Desde el comienzo de los enfrentamientos en Tigray, y sobre todo desde el 28 de junio de 2021 hasta hoy, la guerra en curso, con ataques aéreos indiscriminados mediante helicópteros y drones, provocó una crisis sin precedentes. Ataques y masacres de civiles por motivos étnicos, destrucción de hogares y desplazamiento de millones de personas, violencia de género desenfrenada que ha destruido familias y la vida de mujeres y niñas, devastación de la economía, las instituciones y la infraestructura social, y destrucción del patrimonio cultural y religioso. Millones de personas están psicológicamente destruidas, aterrorizadas.

“Toda la población fue privada de los derechos fundamentales del ser humano: el derecho a vivir con dignidad, el derecho a la seguridad, a la educación, a la alimentación, al agua, a la asistencia humanitaria, etc.” La realidad cotidiana del país es de sufrimiento, muerte, falta de medicamentos para enfermedades prevenibles. Cualquier otro retraso acabará en un desastre irreparable para la vida y el tejido social de una generación”.

La ADCS destaca que la diócesis católica de Adigrat, que abarca todo Tigray, está inmersa en una crisis alarmante que requiere una respuesta urgente de las organizaciones humanitarias y la comunidad internacional. “Queremos hacer un llamado a nuestros socios y a otras organizaciones de ayuda humanitaria para que sigan presionando a las comunidades internacionales, a las Naciones Unidas, a las organizaciones de derechos humanos, a las agencias gubernamentales internacionales y a las diplomacias internacionales, para que presionen a favor del diálogo político por la paz y del acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria, los servicios y los suministros básicos, que son un derecho natural de los seres humanos”.+