Viernes 22 de noviembre de 2024

Bahía Blanca: Misa en acción de gracias por los 90 años de Mons. Navarro

  • 8 de abril, 2024
  • Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
El obispo emérito del Alto Valle presidió la Eucaristía en la catedral Nuestra Señora de la Merced, donde agradeció "por todos estos esos cireneos que me acompañaron en la vida".
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La catedral Nuestra Señora de la Merced de Bahía Blanca fue escenario, este sábado 6 de abril, de la misa en acción de gracias por los 90 años de monseñor Néstor Navarro, obispo emérito del Alto Valle del Río Negro, cuyo cumpleaños fue el martes 26 de marzo.

La misa fue concelebrada por el párroco de la catedral, presbítero Luciano Guardia; el presbítero Juan D´Amico, párroco de Nuestra Señora del Carmen, de Bahía Blanca, la primera parroquia que monseñor Navarro tuvo a su cargo; y el presbítero César Cardozo, párroco de María Auxiliadora de Punta Alta. También estuvo presente el diácono Oscar González, quien fuera monaguillo del obispo emérito.

Participaron de la celebración los feligreses de la capilla de Fátima, donde monseñor Navarro celebra misa cada domingo, y fieles de toda la comunidad de Bahía Blanca.

En su homilía, el prelado señaló, en referencia a las lecturas de la misa: “Tampoco nosotros podemos callar lo que hemos visto y oído. Una vez que se tiene fe, no se puede callar”.

Por eso, animó a “pedir siempre esa gracia de escuchar la Palabra, de no callarnos cuando debemos hablar, y saber que estamos destinados a llevar la Palabra siguiendo el mandato de Jesús: ‘Vayan por todo el mundo anuncien la buena noticia a toda la Creación’”.

En ese sentido, indicó que hay muchas buenas noticias, principalmente, “que caminamos hacia la vida, hacia Jesús”. Al respecto, sostuvo: “La primera cosa que vemos es que hemos ido superando etapas, la vida está siempre en desarrollo, vamos creciendo físicamente, psicológicamente, crecemos espiritualmente. En la vejez, uno nota que ya no puede hacer las cosas que hacía, tiene un cansancio y un desgaste normal, pero es un tiempo en el cual uno se está preparando, se prepara para la última etapa”.

“Siempre hay un cireneo que nos ayuda en la vida: nuestros padres, nuestros maestros; pero en la vida cristiana también necesitamos cireneos, gente que nos ha ayudado a mantenernos firmes, a crecer, a comprender, que nos acompaña cuando estamos sufriendo y nos consuela, y esos son ustedes”, consideró, agradeciendo a sacerdotes, obispos, religiosos y laicos que, según dijo, “me ayudaron y me ayudan muchísimo”.

“Siempre por eso doy gracias a Dios”, explicó, “por los 90 años, pero doy gracias a Dios también por todos estos estos cireneos que me acompañaron en la vida para que pudiera crecer en la fe, pedir perdón cuando me equivocaba, mantener la esperanza y seguir luchando para ser mejor pastor, para dar mejor lo que las ovejas necesitan, para que pueda realizar bien la tarea que el Señor me encomienda”, enumeró.

También subrayó que “hay alguien en nuestra vida cristiana que es infaltable que la nombremos: es la Virgen María, madre de Jesús y madre nuestra. El primer regalo de Jesús es esta mamá que tenemos en el cielo”.

“Le pido entonces al Señor, a través de María su mamá y nuestra mamá, que me ayude siempre a guardar la Palabra en el corazón para hacer lo que Jesús dice. Esto es un regalo que le pido a la Virgen: hasta el final de mi día, escuchar la Palabra de Dios para hacer siempre lo que Jesús me pide que haga”, concluyó.+