"Para eso se necesita que el Evangelio sea proclamado al mundo, sin temerosas simulaciones ante las amenazas de quienes se consideran poseedores de la razón", afirmó el arzobispo emérito de Corrientes
"El Evangelio se constituye en un llamado explícito a orientar toda la vida según Cristo", recordó el arzobispo emérito de Corrientes, y afirmó que "nadie podrá diluirlo" con conceptos extraños.
El arzobispo emérito de Corrientes aseguró que "la fe despeja el camino hacia Dios de los escollos interpuestos por las pretensiones ideológicas de moda".
"No conforma una actitud fundamentalista, sino el reconocimiento de la Verdad", diferenció, y sostuvo: "Negarse a reconocerla, a causa de algún prejuicio ideológico, no diluye la verdad objetiva".