Al presidir la fiesta patronal, hizo un llamado a la esperanza en una ciudad atravesada por esos flagelos y animó a construir una Iglesia sinodal tomando en cuenta estas implicancias sociales.
El obispo de Oberá difundió un "impactante y doloroso" informe sobre los primeros cinco años de trabajo del Equipo de Pastoral de Adicciones diocesano, que recibió 10.141 consultas en ese período.
El arzobispo advirtió sobre la "violencia asesina del narcotráfico", que mata inocentes, e interpeló: "¿qué políticas públicas decididas y valientes se están aplicando para remediar este flagelo?".
En una declaración, expresa su posición ante la situación preocupante en la ciudad santafesina, marcada por los crímenes y la violencia sin control, y exhorta a trabajar por la paz desde la paz.