En sus palabras previas a la oración mariana, Francisco invitó a dejar de lado orgullo y deseos de poder y a estar preparados para servir. Exhortó a no convertirse en "dominadores" sino en "siervos".
Al recibir a la policía financiera italiana, Francisco destacó la importancia de la justicia, la solidaridad y un nuevo humanismo en la sociedad actual.
Francisco recordó el compromiso por tierra, techo y trabajo asumido hace una década, y los exhortó a no perder la esperanza y a seguir luchando por los derechos fundamentales.
En una carta al Colegio Cardenalicio, Francisco los llamó a "un mayor esfuerzo" para implantar la reforma económica y les recordó que "déficit cero" no es un objetivo teórico, sino "realizable".