El abuso es "un problema universal y transversal que, lamentablemente, se encuentra en casi todas partes", pero "la universalidad de este flagelo, al tiempo que confirma su gravedad en nuestras sociedades, no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia", expresó el papa Francisco en su largo discurso con el que clausuró la reunión del Vaticano sobre "La protección de los menores en la Iglesia".
El papa Francisco presidió esta tarde de la liturgia penitencial, uno de los momentos más intensos de la Cumbre del Vaticano contra el Abuso, que tuvo lugar en la Sala Regia del Palacio Apostólico. El Santo Padre reflexionó sobre la parábola del Padre Misericordioso (hijo pródigo) y ofreció a los 190 participantes una preguntas para realizar un examen de conciencia. Durante la celebración, además, se escuchó el testimonio de varias víctimas de abusos que contaron su historia.
"El abuso sexual de niños y jóvenes se debe, en gran medida, al abuso de poder en el ámbito de la administración. En este sentido, la administración no ha ayudado a cumplir la misión de la Iglesia, sino que, por el contrario, la ha oscurecido, la ha desacreditado y la ha hecho imposible", expresó esta mañana el cardenal Reinhard Marx, arzobispo metropolita de Múnich y Frisinga y presidente de la Conferencia Episcopal alemana, en el aula sinodal del encuentro "La protección de los menores en la Iglesia".
En el primer bloque de este sábado 23 de febrero en el encuentro "La protección de los menores en la Iglesia", la hermana Verónica Openibo, superiora general de la Compañía del Santo Niño Jesús llevó adelante su disertación sobre el tema "Estar disponible: enviado al mundo". En ese contexto, manifestó: "La Iglesia debe hacer todo lo posible para proteger a sus miembros jóvenes y vulnerables; concentrarse en la misión de la Iglesia de servir con integridad y justicia".