Delegados diocesanos participaron de las jornadas, que llevaron por lema "Con María alentamos un Tinkunaco donde todos tengan un lugar". Compromiso de presencia, voz y acción frente a las necesidades.
En una conferencia, el obispo de La Rioja recordó que el Papa afirmó que "la sinodalidad no es un documento sino una experiencia de vida". "Abrimos espacios de participación", valoró.
El obispo de La Rioja participó en dos de ellos: uno, sobre "La escucha del grito de los pobres" y el otro, acerca de la formación en los seminarios en perspectiva sinodal misionera.
"Desde América Latina, aportamos la importancia de que los pobres estén bien incluidos en la misión de la iglesia, no sólo como destinatarios, sino como sujetos", afirmó el obispo desde el sínodo.