En una semblanza del biblista recientemente fallecido, el arzobispo emérito de Tucumán destacó "su humildad y su espíritu de servicio en el trato familiar" y una "desconocida" dedicación pastoral.
Como cada 10 de noviembre, el pueblo tucumano celebró esta antigua devoción en agradecimiento al Señor de la Salud "por salvarlos de la peste del cólera" en 1886 y 1887.
En el paraje El Suncho, departamento de La Paz, lugar donde falleció fray Esquiú, celebraron su beatificación. Hubo una vigilia y una misa de acción de gracias.
El fraile franciscano fue proclamado beato en una celebración eucarística en Catamarca presidida por el legado papal, cardenal Luis Villalba. La fiesta litúrgica será el 11 de mayo.