La diócesis celebró una misa en la catedral, en el horario de la misericordia, a las 15. Presidió el vicario general, presbítero Juan Carlos Lopez.
Una multitud, estimada en más de 3.000 personas, participó este domingo de fiesta de la Divina Misericordia que presidió el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, en el atrio de la catedral Nuestra Señora de la Encarnación. "Jesús es el rostro humano de la Misericordia del Padre. Ser misericordioso significa hacerse cargo con el corazón de las miserias del otro. La Argentina necesita reconciliarse, mirar hacia el frente. Vivimos situaciones difíciles, pero la responsabilidad es de toda la sociedad, que tiene que dejar atrás las discusiones absurdas y pensar en construir", reclamó el arzobispo. El prelado presidió también, en la localidad de El Corte, la ceremonia de apertura de la Puerta Santa en la capilla de Jesús de la Divina Misericordia.