Martes 23 de abril de 2024

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Navidad: Respuesta inédita ¡Dios se hace hombre!

Mensaje de monseñor Adolfo Ramón Canecín, obispo de Goya para la Navidad 2020

Nuestro Dios, desde la eternidad tuvo un sueño y proyecto original (Ef 1, 3-14), conforme a él creó todo lo que existe “y vio que era bueno” (Gn 1, 12), coronó la Creación haciendo al Ser Humano a su Imagen, los creó varón y mujer (Gn 1, 27), “y vio que todo lo que había hecho era muy bueno” (Gn 1, 31).

Con la irrupción del pecado, se desató la más grande y furiosa pandemia de la historia, afectando la armoniosa y original relación del Hombre con Dios, con los demás hombres, consigo mismo y con la creación (Gn 3, 1-18). Dios Amor, respondió de manera inédita a éste tremendo desafío. “El hombre llamó a la mujer Eva por ser ella la Madre de los vivientes” (Gn 1, 20) y desde la esperanza de éste primer evangelio, con gran y paciente pedagogía fue acompañando la historia hacia su madurez y “al llegar la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (Gal 4,4) y “María dio a luz a su Hijo Primogénito y lo recostó en un pesebre” (Lc 2, 7).

¡QUÉ ADMIRABLE! Dios no se deja vencer por los desafíos ni por el mal, lo vence con el bien (Rm 12, 21); no es indiferente ni huye de la caótica realidad, sino todo lo contrario la asume y entra en ella (Ex 3, 7ss). Y “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14). Jesús, nació para ser Buen Samaritano (Lc 10, 25-37) se abajó, se anonadó (Flp 2, 1- 11), se acercó e inclinó sobre la humanidad herida, la curó, se hizo cargo y pagó por ella el precio de su sangre derramada en la Cruz (1 Pe 1, 18-20; Mc 15, 37).

De ésta manera la Navidad nos enseña y propone como camino el principio de la Encarnación: para redimir hay que asumir, por eso San Ireneo de Lyon decía “lo que no se asume, no se puede redimir”. Estamos invitados a “actualizar” la Navidad en la propia vida, en la familia, en la Iglesia y en la sociedad, transformando desde adentro “como la levadura en la masa” (Mt 13, 21), desde lo pequeño “como semillas de mostaza” (Mt 13, 19) haciendo nacer a Jesús que vino, vivió y dijo:

  • YO SOY LA LUZ DEL MUNDO (Jn 8, 12), la ofrezco a todos los que están en tinieblas y desean salir (Is 9, 12), a todos los que viven en “las sombras de un mundo cerrado” (Fratelli Tutti Cap. I).
     
  • YO SOY EL CAMINO (Jn 14,6), estrecho y angosto, con forma de Cruz, que conduce a la filiación con el Padre, la cual nos capacita para vivir la fraternidad humana y a la amistad social (Fratelli Tutti).
     
  • YO SOY LA VERDAD (Jn 14,6), que muestra el verdadero rostro de Dios (Jn 14, 7-11), revela al Hombre su Misterio más profundo (GS 22), enseña el sentido profundo de la Historia y manifiesta la realidad, vocación y misión de la Iglesia.
     
  • YO SOY LA VIDA (Jn 14, 6) y vine “para que tengan Vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). Y les repito: ¡Toda Vida Vale!, desde el momento de la concepción, durante la gestación, en todas las etapas y hasta su muerte natural, por eso, ¡Hay que recibir la vida como viene! y aunque surjan leyes de muerte en esta cultura del descarte, de Faraones (Ex 1, 22) y de Herodes (Mt 2, 13-18), conniventes con ideologías e intereses foráneos, “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 4, 19).

Esta Navidad acontece en el marco del Año Jubilar Diocesano, y año dedicado a San José.

Navidad es Jesús y nos dice: “Como el Padre me envió, Yo los envío” (Jn 20, 21), y quiero que mi Iglesia (Mt 16, 18-19), esté en permanente salida misionera, por eso: “VAYAN JUNTOS Y TESTIMONIEN MI VIDA”:

  • VAYAN, es el imperativo y mandato misionero de Jesús (Mc 16, 15; Mt 28, 19).
     
  • JUNTOS, “de dos en dos” (Mc 6, 7), como cuerpo bautismal (1 Cor 12, 1-30), como el arco iris, donde cada color es importante, “siendo Uno…para que el mundo crea” (Jn 17, 21). Tengan presente que “El Camino de la Sinodalidad, es el Camino que Dios espera de la Iglesia en el Tercer Milenio” (Francisco 17/10/2015).
     
  • Y TESTIMONIEN, porque “Ustedes son testigos de todo esto” (Lc 24, 28), así nos recuerda Pedro “y nosotros somos testigos” (Hch 2, 32) y lo vive la primitiva comunidad cristiana (Hch 2, 42-47; 4, 32-37).
     
  • MI VIDA Recuerden “Yo Soy la Vida” (Jn 14, 6) y “no habrá evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios” (EN 22).

Deseo que ésta experiencia de Navidad nos regale la capacidad personal y comunitaria, como Iglesia y sociedad para dar respuestas inéditas apostando decididamente a la Vida, al cuidado de la Casa Común, a la Fraternidad Humana Universal y a la Amistad Social, siendo “una Iglesia en salida misionera, como Pueblo de Dios y con estilo sinodal”.

Con un abrazo de Hermano, Padre y Pastor les deseo.

¡Feliz Navidad 2020!

Mons. Adolfo Ramón Canecin, obispo de Goya