Viernes 29 de marzo de 2024

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Prestá atención, no te distraigas

Reflexión de monseñor Jorge E. Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y miembro de la Comisión de Pastoral Social (29 de noviembre de 2020)

Cuando estamos disfrutando de la transmisión de un partido o de una película, y nos entretenemos simultáneamente mirando mensajes en el celular, corremos el riesgo de perdernos una jugada de gol o una escena central para comprender el desarrollo de la historia.

Todavía más empeño en concentrarnos debemos poner en el diálogo con los amigos. No valoramos al otro si no le dedicamos la totalidad de nuestra atención. El compromiso de poner la oreja debe estar acompañado de abrir el corazón en actitud receptiva, para poder acoger la vida que se expresa y comunica.

Estamos comenzando nuestro tiempo de preparación a la Navidad, un itinerario que requiere dedicación y búsqueda.

Es un tiempo especialmente dispuesto para personas inquietas e insatisfechas. A quien piense que “ha logrado todo” el Adviento le puede pasar inadvertido. Pero si experimentamos la tensión entre lo presente y lo futuro, la rutina y la plenitud, estemos con el ánimo que se requiere para no dejar pasar de largo esta oportunidad.

Nos adentramos a contemplar dos venidas de Jesús en dos dimensiones diversas y complementarias; al final de los tiempos, creciendo en esperanza; y en el pesebre de Belén.

A partir de los textos de la Palabra de Dios, los cantos, las oraciones, podremos revisar el sentido de la vida, la consistencia de la existencia.

Es necesario preguntarse, ¿cuál es mi preocupación predominante? ¿En qué me beneficia a mí y a los demás? ¿Qué anhelos profundos estoy acallando?

Hoy leemos en las misas una exhortación y advertencia de Jesús: “Estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento” (Mc 13, 33). No es para tener miedo, sino para prepararnos adecuadamente. Viviremos un anhelo y deseo creciente. La Biblia expresa en sus últimos renglones una oración ferviente: “¡Ven, Señor Jesús!” (Ap 22, 20).

Tres palabras que rezamos en cada misa después de la consagración. Tres palabras que pueden ser dichas en diversas situaciones y circunstancias de la vida.

Cuando somos visitados por el sufrimiento: “¡Ven, Señor Jesús!”.

Cuando estamos decepcionados: “¡Ven, Señor Jesús!”.

Cuando hemos experimentado la traición: “¡Ven, Señor Jesús!”.

Cuando la alegría inunda el corazón: “¡Ven, Señor Jesús!”.

Cuando crece la vida en el vientre materno: “¡Ven, Señor Jesús!”.

Cuando pese a estar conectados, nos sentimos más solos que nunca: “¡Ven, Señor Jesús!”.

Como pedimos en la oración cotidiana: “Venga a nosotros tu Reino”.

A partir del próximo miércoles 2 de diciembre les ofreceré una conversación espiritual todas las semanas con reflexiones que nos ayuden a preparar la vida para la próxima Navidad. Se transmitirá cada miércoles después de la misa que se emite por Canal 4, y también podés encontrarla en la página del Arzobispado de San Juan y en el Facebook. Recemos y dispongamos nuestro ánimo. No te distraigas.

En varios templos y en algunas casas se acostumbra utilizar “la corona de adviento”, formada por 4 velas que vamos encendiendo gradualmente, 1 por semana, para simbolizar que crece la luz a medida que nos acercamos a la Navidad. Es una buena iniciativa.

Este sábado se han realizado en la Argentina movilizaciones para concientizar en la necesidad de cuidar las dos vidas, siempre.

Expresemos con claridad el no al aborto. Para fundamentar nuestras convicciones te invito a leer los artículos que han publicado con seriedad los decanos de las Facultades de Ciencias Médicas de las Universidades Católicas, la Comisión Episcopal de Laicos y Familia, la Acción Católica, Justicia y Paz, entre otros.

No nos dejemos engañar con las noticias falsas y las estadísticas tergiversadas. Sí a la vida, a toda vida, siempre.

Mons. Jorge E. Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo