En la ocasión, además, se conmemoraron los 10 años de ordenación de quienes conforman la primera camada de diáconos de esta diócesis.
Para Semana Santa, la ciudad chubutense prepara un evento único donde parte de la procesión se hace bajo el agua con una cruz adaptada para la inmersión.
El obispo diocesano impuso sus manos sobre el seminarista Franco Zapaja y le pidió a Dios que su ordenación "nos ayude a renovar nuestra vocación de ser una Iglesia diaconal".
En un gesto hacia la memoria, la verdad y la justicia, el purpurado cordobés recorrió el lugar donde funcionó ese centro clandestino de detención. "La esperanza se sostiene en la memoria", afirmó.