El arzobispo emérito de Praga fue uno de los intelectuales católicos más destacados de la República Checa. Bajo el régimen comunista, ejerció su ministerio desde la clandestinidad y estuvo preso.
Ante los recientes crímenes, entre ellos el alcalde de Uruapan, el episcopado mexicano insistió en "combatir con determinación la causa de todos estos asesinatos".
Así lo dispuso León XIV con un quirófano, firmado el 1 de noviembre, leído en el Auditorio Juan Pablo II de esa Casa de Estudios, por el rector y delegado pontificio, prof. Vincenzo Buonomo.
El Papa presidió la misa en la Basílica de San Pedro, en sufragio por el papa argentino y los cardenales y obispos que fallecieron durante este año.