El pontífice desea continuar "el diálogo en el espíritu de la declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II", que marcó un cambio en las relaciones entre la Iglesia católica y el judaísmo.
Los miembros expresaron su gratitud a Dios por la elección de León XIV y su disposición a aceptar las instrucciones del Santo Padre sobre las acciones a seguir para el crecimiento de la Iglesia.
Como lo hacía habitualmente, el pontífice compartió la misa y el almuerzo con sus hermanos agustinos, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El obispo de Leiria-Fátima y presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, monseñor José Ornelas Carvalho, expresó su deseo de darle la bienvenida a Cova da Iria.