Nacido en Poitiers, Francia, se trasladó muy joven a Tréveris donde con el tiempo sucedió en esa sede episcopal al obispo San Agricio. San Atanasio, Patriarca de Alejandría, que estuvo dos años desterrado por los arrianos en Tréveris, alaba el valor, la prudencia y las nobles cualidades del obispo Maximino, que lo había recibido y ofrecido hospitalidad en su casa. También San Pablo, obispo de Constantinopla, encontró refugio y protección en el obispo de Tréveris, cuando el emperador Constante lo desterró. Gran defensor de la fe contra los arrianos, murió el año 347.
Fue una de las glorias de Francia en el siglo VI. Nació en Autún el año 496. Estando en París, el rey Childeberto lo nombró obispo de esa diócesis. Dedicó su vida a combatir el libertinaje de los nobles y hasta tuvo que excomulgar al rey Chariberto. Fue un gran amigo y bienhechor de los pobres de París. Consagró una iglesia y un monasterio dedicados a la Santa Cruz y a San Vicente, y construyó allí la capilla de San Sinforiano, en la que fue sepultado al morir el 28 de marzo del año 576. Después de su muerte la iglesia tomó el nombre, hoy famoso, de Saint Germain-des-Prés.