Era el discípulo que San Felipe presentó a Jesús con el nombre de Natanael, y de quien Jesús dijo: "Este es un buen israelita". Era galileo, hijo de Tolomai, y de oficio pescador como su padre. Desde que fue llamado por Jesús, no se apartó nunca más de él hasta el día de su Ascensión. Según la tradición, después de Pentecostés, cuando los apóstoles se dividieron entre sí las provincias del mundo para predicar el Evangelio, a San Bartolomé le tocó ir a la India, Arabia y Armenia. En este último país fue martirizado y luego decapitado por orden del tirano Astiajes. Posteriormente su cuerpo fue trasladado a Benevento y después a Roma, donde tiene dedicada una iglesia junto al Tíber.