El 4° pontífice de la Iglesia, Clemente I, nació en el monte Celio y estaba emparentado con los emperadores romanos. Fue discípulo de San Pedro, y San Pablo lo menciona en la carta a los Filipenses. Es uno de los llamados Padres Apostólicos. Su carta a los Corintios es una de las joyas literarias de su tiempo. Siendo papa escribió las Actas de los Mártires. Murió ahogado por orden del emperador, en el Quersoneso, el año 97. Su cuerpo se venera en una bella basílica de Roma.