Nació en el Imperio Romano en tiempo de Jesucristo. Fue centurión de la corte llamada Itálica, con sede en Cesarea de Palestina. Era un hombre bondadoso que vivía en el temor de Dios y daba limosna a los pobres. Fue catequizado y bautizado por San Pedro, como primicia de la Iglesia entre los gentiles. Llegó a ser obispo de la misma Cesarea. Coronó su vida con el martirio en fecha desconocida.