Esta fiesta es la más antigua de las fiestas de la Virgen María. Se refiere a su muerte –su dormición, como la llamaban los antiguos–, y su asunción en cuerpo y alma al cielo. La definición como verdad de fe para los católicos fue proclamada por Pío XII el 1 de noviembre de 1950. Este dogma, como todos, se funda en la Biblia y su creencia se remonta a los tiempos apostólicos. Como María fue preservada de la culpa original, su cuerpo no podía sufrir la corrupción del sepulcro. La tradición dice que los últimos años de su vida los pasó en Efeso, Asia Menor, con San Juan Evangelista hasta la edad de 72 años en que se produjo la dormición y asunción al cielo.