Por su humilde origen y su condición de sencillo labrador, no se conocen particularidades de su niñez. Pero la santidad de su vida y los prodigios obrados por Dios en su persona lo hicieron ampliamente conocido. Contrajo matrimonio con Santa María de la Cabeza, con quien tuvo un hijo. Murió en 1130 y fue canonizado por Gregorio XV el 12 de marzo de 1621, juntamente con San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús y San Felipe Neri. San Isidro es el patrono de los labradores y agricultores.