Nació en Abemeula, Palestina, y según el libro de los Reyes, el profeta Elías ungió a Eliseo para que ocupara su lugar. Cuando Elías fue arrebatado al cielo en un carro de fuego, Eliseo lo sucedió como profeta del pueblo de Dios. Durante muchos años fue el guía espiritual de su pueblo. Haciendo el elogio de Eliseo, el libro del Eclesiástico dice: "Nada para Él fue imposible. Vivió, hizo prodigios y aun muerto realizó maravillas". Murió en Samaría, el año 835 antes de Cristo.