Llamado Crisóstomo por su gran elocuencia, Juan nació en Antioquía de Siria el año 347. Allí predicó la mayoría de sus homilías, tan llenas de doctrina que le dieron renombre universal. En 398 fue elegido obispo de Constantinopla, donde veló por los derechos de la moral y de la Iglesia, malquistándose con la emperatriz Eudoxia, que lo hizo desterrar al Ponto Euxino, donde murió el 14 de septiembre del año 407. En 1568 Pío V lo declaró doctor de la Iglesia. Es uno de los cuatro doctores orientales. San Pío X lo declaró patrono de los predicadores.