Matrimonio cristiano, cuya memoria conjunta se celebra en la fecha de su boda. Fueron canonizados por el papa Francisco, el 18 de octubre del 2015. Luis Martin (1823-1894) y su esposa Celia Guérin (1831-1877), padres de nueve hijos, cuatro de ellos fallecidos en tierna edad. Después de diecinueve años de matrimonio, ante la crisis económica que afligía a Francia, queriendo garantizar bienestar y futuro a sus hijos, se trasladaron a Lisieux, Luis Martín, como relojero y joyero y Celia como pequeña empresaria de un taller de bordado. Junto con sus cinco hijas, emplearon tiempo y dinero en ayudar a quienes tenían necesidad. Su casa fue un espacio de acogida, comenzando por sus obreros. La Congregación para las Causas de los Santos, los presentó como “un don para los esposos de todas las edades por la estima, el respeto y la armonía con que se amaron durante 19 años”. Son también “un don para los padres” y “para todos aquellos que perdieron a su esposo o esposa”. Luis vivió la pérdida de su esposa con fe y generosidad, prefiriendo el bien de sus hijos a sus gustos personales”. Estos esposos son también “un don para quienes afrontan la enfermedad y la muerte”. Celia falleció de cáncer, Luis terminó su existencia a causa de una arterioesclerosis cerebral. Teresita de Lisieux escribió una vez:”Dios me ha dado un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra” (Carta 261).