Vivía en Arabia en el siglo XIV a.C. Hombre sencillo y recto, temeroso de Dios y enemigo del mal, habitaba la tierra de Hus. Tenía 7 hijos y 3 hijas y una fortuna en animales y servidumbre. Era el hombre más rico de la comarca. El relato dice que Dios permitió que el Demonio lo sometiera a las más duras pruebas: hacerlo sufrir toda clase de padecimientos, menos quitarle la vida. Así, Job fue perdiendo sus rebaños por el robo, el fuego y otras calamidades; su casa quedó reducida a escombros aplastando y matando a todos sus hijos, y una enfermedad cubrió su cuerpo de úlceras y lo arrojó a un basural. En medio de las desgracias Job no perdió su fe en Dios y decía: “El Señor me lo dio y El me lo quitó. ¡Bendito sea el Señor!”.