Nació en Valencia el año 1481. Fue un ilustre militar que combatió en el ejército de la República de Venecia. Defendiendo la fortaleza de Castelnuovo, en Treviso, cayó prisionero y fue condenado a muerte, pero consiguió evadirse casi milagrosamente. A consecuencia de ello, dejó su vida disipada y escandalosa que llevó hasta entonces y se dedicó al servicio del prójimo. Fundó una congregación religiosa -los Regulares de Somasca- con la finalidad de socorrer a los niños huérfanos y educar a la juventud. En 1537, cuidando a enfermos de la peste, contrajo la misma enfermedad y falleció mártir de la caridad. Pío XI lo proclamó patrono de los huérfanos y niños abandonados.