Jesús pasó este miércoles en Betania, en casa de su amigo Lázaro. Se acercaba la más importante fiesta de los judíos, la Pascua. Los enemigos de Jesús buscaban la manera de matarlo, pero temían al pueblo. Judas Iscariote se dirigió a los sumos sacerdotes y les propuso entregárselo sin alboroto. Es, pues, este miércoles, el día de la "traición de Judas". Por eso la Iglesia lo consideró siempre un día de triste memoria y, con el viernes, día de penitencia.
Hoy, tercer día de la Semana Santa, en un ambiente de preparación para los días de la memoria máxima de la cristiandad, se lee el libro de Isaías (50,4-9a) donde el profeta anuncia escenas de la pasión de Jesús; y el Evangelio de San Mateo (26,14-25) donde se relata detalladamente la traición de Judas. Como preparación al Jueves Santo, en todas las iglesias se intensifican los actos penitenciales y el ejercicio del viacrucis. Los sacerdotes dedican gran parte de su tiempo a escuchar las confesiones de los fieles y los absuelven de sus pecados a fin de que estén convenientemente preparados para las celebraciones de los días siguientes.