Mons. Giobando en la misa por el día del trabajo: 'Profundizar la convivencia social'
- 3 de mayo, 2025
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata señaló que el trabajo "nos unge de dignidad" y pidió "forjar una nueva fraternidad universal donde nos sintamos hermanos en la construcción de una sociedad más justa".

El obispo de Mar del Plata, monseñor Ernesto Giobando SJ, presidió el jueves 1° de mayo en la catedral Santos Pedro y Cecilia la misa por el trabajo.
Organizada por la Pastoral Social y Cáritas, en conjunto con la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), la Confederación General del Trabajo (CGT), la Sociedad Rural y el Parque Industrial, participó de la celebración el intendente municipal, Guillermo Montenegro, entre otras autoridades.
Monseñor Giobando señaló que "una de las claves que nos dejó el papa Francisco es el diálogo como herramienta para poder encontrar las mejores respuestas a los problemas que muchos están pasando", y afirmó que "nos tenemos que acostumbrar a que el diálogo es posible y no es una utopía lejana, es sentarnos y pulir nuestras diferencias, no es que todos tienen que pensar igual, es profundizar nuestra convivencia social".
Acto seguido, preguntó "¿Es posible una convivencia social?, a lo que respondió: "Esa es la respuesta que cada uno tiene que dar desde su lugar dejándonos guiar por una de las enseñanzas de Francisco que nos decía que 'el todo es superior a las partes' y ese todo es el bien común".
En otro pasaje de su prédica, tras citar fragmentos de la primera encíclica social, Rerum Novarum, de 1893, el prelado invitó a "forjar una nueva fraternidad universal donde nos sintamos hermanos en la construcción de una sociedad más justa, para lo cual es fundamental el amor social no como un sentimiento pasajero de fraternidad idealista sino como la conjunción de la búsqueda del mayor bien, porque amar es buscar el bien de la otra persona."
Y agregó: "El trabajo, por usar una imagen, nos unge de dignidad, nos colma de dignidad; nos hace semejantes a Dios que trabaja y trabajó y actúa siempre; nos da la capacidad de mantener a uno mismo y a la propia familia, y de contribuir al crecimiento de la propia nación".
"Pensemos también hoy cuántos -y no solo los jóvenes- están desempleados, muchas veces por causa de una concepción economicista de la sociedad que busca el beneficio egoísta al margen de los parámetros de la justicia social", exhortó., deseando "dirigir a todos la invitación a la solidaridad, y a los responsables de la cuestión pública el aliento a esforzarse por dar nuevo empuje a la ocupación".
En línea con la memoria litúrgica coincidente con el día del Trabajo, Giobando expresó que "San José tuvo momentos difíciles, pero nunca perdió la confianza y supo superarlos en la certeza que Dios no nos abandona".
Dirigiéndose a los jóvenes, los invitó a comprometerse "en su deber cotidiano, en el estudio, en el trabajo, en las relaciones de amistad, en la ayuda hacia los demás", remarcándoles que "el futuro de ustedes depende también del modo en el que sepan vivir estos preciosos años de la vida. No tengan miedo al compromiso, al sacrificio y no miren con miedo el futuro. Mantengan viva la esperanza, ya que siempre hay una luz en el horizonte".
Tras recordar palabras del papa Francisco en las que denunciaba "el trabajo esclavo", el diocesano se refirió también a la falta de trabajo y dijo: "Pienso también en los que se sienten heridos en su dignidad porque no encuentran trabajo, porque lo que nos da dignidad es ganar el pan, y si nosotros no damos a nuestra gente, a nuestros hombres y mujeres, la capacidad de ganar el pan, esto es una injusticia social en esa nación.".
"El trabajo -dijo- es una unción de dignidad y esto es importante. Muchos jóvenes, muchos padres, muchas madres viven el drama de no tener un trabajo que les permita vivir serenamente. Viven al día y muchas veces la búsqueda se vuelve tan dramática que los lleva hasta el punto de perder toda esperanza y deseo de vida".
Para concluir, monseñor Giobando expresó "es hermoso pensar que Jesús mismo trabajó y que aprendió este arte de San José", e invitó a preguntarnos, ¿qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo? ¿Y qué podemos aportar como Iglesia para que sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona que expresa e incrementa su dignidad?".
Sobre el final de la celebración, el obispo compartió un fragmento de una oración a San José pronunciada un 1° de mayo de 1969 por San Pablo VI en la que pide al Santo Patrono: 'Protege a los trabajadores en su dura existencia diaria, defiéndelos del desaliento, de la revuelta negadora, como de la tentación del hedonismo; y custodia la paz del mundo, esa paz que es la única que puede garantizar el desarrollo de los pueblos."+