Estados Unidos: uno de cada cinco católicos está amenazado de deportación

Las principales confesiones cristianas del país publicaron un informe sobre el impacto de la nueva política migratoria en sus comunidades.

Un estudio elaborado por el Departamento de Migraciones y Servicio a los Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, en colaboración con la Asociación Nacional de Evangélicos, la organización cristiana World Relief y el Centro para el Estudio del Cristianismo Global insta a no considerar la cuestión migratoria sólo como un asunto político, sino como "una herida en el cuerpo mismo de la Iglesia" que llama a todos a una respuesta de justicia y solidaridad.

El texto subraya que aproximadamente uno de cada doce cristianos en Estados Unidos -y uno de cada cinco católicos específicamente- enfrentan el riesgo de deportación o viven en un hogar con alguien que enfrenta esta amenaza.  

Entre otros datos, también señala que más de diez millones de inmigrantes cristianos son vulnerables a esta nueva política migratoria, incluidos aquellos con protecciones temporales que podrían ser retiradas. Además, casi siete millones de cristianos que son ciudadanos estadounidenses viven en hogares con alguien que corre riesgo de deportación; y el 80 % de los inmigrantes vulnerables en este sentido se identifican como cristianos: el 61 % son católicos y el 13 % se identifican como cristianos evangélicos. 

Por ello, los autores del informe enfatizan la llamada a todos los cristianos a "reconocer y responder" a las consecuencias de las deportaciones "despiadadas", y a adoptar sobre ellas un enfoque "reflexivo y compasivo" que respete "la dignidad divina de cada persona y la santidad de las familias". 

Si bien "el respeto al estado de derecho es un principio cristiano importante", añade el texto, "la administración de nuestras leyes debe realizarse de manera que equilibre la justicia, la compasión, la redención y la proporcionalidad".

Los autores informan que "la separación familiar socava el bienestar emocional, económico y espiritual de las personas y las comunidades" y dicen que "las parroquias y las comunidades religiosas sufrirán pérdidas si quienes sirven como ministros laicos, catequistas, voluntarios o miembros activos son deportados". 

El documento pide la promoción de "políticas que protejan la dignidad dada por Dios a cada persona y la sacralidad de la familia" y llaman a los cristianos a "reconocer y responder a las consecuencias humanas de los esfuerzos de deportación sin paliativos" y a promover "un enfoque compasivo a la política migratoria".+