Jueves 2 de mayo de 2024

Protección de los menores: la Comisión Pontificia pidió un 'mayor compromiso'

  • 28 de septiembre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El organismo de la Santa Sede destaca la necesidad de solidarizarse con las víctimas y de contar con más recursos para prevenir nuevos abusos.
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La Pontificia Comisión para la Protección de Menores (CPPM) lanzó un llamamiento a un “mayor compromiso” en la prevención y respuesta a los abusos en las comunidades católicas.

“Expresamos nuestro profundo pesar y nuestra inquebrantable solidaridad, en primer lugar con las víctimas y los demás supervivientes de tantos crímenes despreciables cometidos en la Iglesia”, afirman los miembros del órgano de la Santa Sede, en una nota difundida con motivo del próximo consistorio para la creación de cardenales y del inicio de la próxima asamblea sinodal (el 4 de octubre).

“En un momento en que el Colegio Cardenalicio se reúne en el Consistorio, nos alienta el frecuente recordatorio que el Santo Padre hace a aquellos llamados a este papel especial, acerca de que la sangre que están llamados a derramar es la suya propia y no la de aquellos bajo su cuidado”, se puede leer en el texto.

Evocando a las personas que sufrieron en “silencio” y el “inmenso dolor” de las víctimas, la CPPM reafirma su compromiso de “trabajar para garantizar, en la medida de lo posible, que actos tan atroces y reprobables sean erradicados de la Iglesia”.

El organismo, creado tras la elección de Francisco como Papa en 2013, se integró a la estructura del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, tras la última reforma de la Curia Romana.

La nota apunta a la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos (del 4 al 29 de octubre), pidiendo que “la realidad de los abusos sexuales en la Iglesia esté en el centro de la agenda sinodal”.

Llamamiento a la conversión para los líderes de la Iglesia
"Nuestra Comisión -continúa el texto- fue creada poco después de la elección del Papa Francisco, en 2013. En armonía con el Consejo de Cardenales, ha supervisado una serie de iniciativas que han puesto de relieve la realidad de los abusos sexuales y la necesidad de reformas firmes para hacer frente, tanto a los abusos como a su mala gestión por parte de los líderes de la Iglesia. Ahora estamos en la fase de alineamiento y consolidación de nuestros esfuerzos con los del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y con todos aquellos organismos de la Curia Romana cuyo trabajo repercute en la protección en todo el mundo".

Luego, se afirma: "Sin embargo, cuatro años después de la Cumbre de 2019 sobre la Protección de Menores, que reunió a líderes de la Iglesia de todo el mundo, persisten profundas frustraciones, particularmente entre quienes buscan justicia por los agravios sufridos: nadie debería tener que suplicar justicia en la Iglesia. La resistencia inaceptable que persiste indica una escandalosa falta de resolución por parte de muchos en la Iglesia, a menudo agravada por una seria falta de recursos. El Papa Francisco nos ha advertido que las desigualdades en el mundo no deben infectar a la Iglesia".

Acto seguido, puede leerse: "Podrá darse un cambio eficaz sólo con la conversión pastoral de los líderes de la Iglesia. Mientras el Colegio de Cardenales se reúne en Consistorio, nos anima la frecuente admonición del Santo Padre a quienes están llamados a este papel especial, papel cuya responsabilidad significa que la sangre que hay que derramar sea la propia y no la de quienes están bajo su cuidado. Como modelo de valiente propio sacrificio, la creación de nuevos cardenales es un momento oportuno para la reflexión, el arrepentimiento y la renovación de nuestro compromiso indisoluble de proteger y defender a los más vulnerables, utilizando todos los medios posibles".

Más tarde, el texto expresa: "Hacemos un llamamiento a todos los que están unidos en el Sagrado Colegio para que recuerden a las víctimas y a sus familias e incluyan, como parte de su juramento de fidelidad, el compromiso de permanecer firmes en el honrar a quienes han sido afectados por abusos sexuales, uniéndose a ellos en la búsqueda común de la verdad y la justicia. Todos los obispos y los superiores religiosos deberían hacerse eco de este compromiso".

Y exhorta a continuación: "Junto con todos los que han sufrido un abuso y sus consecuencias, digamos: '¡Basta!'".

Exhortación cristiana al cambio
Un momento importante para promover estos esfuerzos "reside - afirma también la nota - "en el próximo Sínodo sobre la Sinodalidad". La realidad de los abusos sexuales en nuestra Iglesia "va al corazón de la agenda del Sínodo. Trata de quiénes somos como comunidad de fe, fundada en Jesús. Impregna discusiones sobre los modelos de liderazgo, funciones en el ministerio, estándares profesionales de comportamiento y de justa relación, unos con otros y con toda la Creación.

"Pedimos -se lee en el documento- que los abusos sexuales en la Iglesia impregnen sus debates a la hora de abordar enseñanza, ministerio, formación y gobierno. Como comunidad de los reconciliados, el sagrado culto de la Iglesia también debería encontrar una adecuada inclusión y expresión de este fracaso tan íntimo de la misma Iglesia. Aunque a veces pueda parecer un conjunto desalentador de cuestiones que afrontar, les rogamos que se unan para afrontar el reto, de modo que podamos hacer frente a la amenaza que suponen los abusos sexuales para la credibilidad de la Iglesia en la proclamación del Evangelio".

El comunicado concluye con una serie de exhortaciones a dedicar, entre otras cosas, "tiempo y espacio significativos para integrar el testimonio de las víctimas/sobrevivientes" en los trabajos sinodales, así como a trabajar para que los ministerios de la Iglesia se conviertan, lo antes posible, en "lugares de acogida, empatía y reconciliación para quienes se han visto afectados por abusos", con el fin de llegar al "día en que todos los niños estén protegidos por políticas y procedimientos de seguridad adecuados, conocidos y consolidados".

"Los exhortamos a que trabajen para alcanzar estos objetivos, tan largamente esperados: no sólo durante uno o dos días de su reunión, sino a lo largo de todo el proceso sinodal. 

Su logro -concluye el texto de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores- será un signo distintivo del éxito del Sínodo, un signo de que estamos caminando con los heridos y los olvidados como discípulos del único Señor, buscando un camino mejor".+