Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Quintana: 'Ser pequeños en lo humilde y grandes en la magnanimidad de nuestras obras'

  • 17 de agosto, 2023
  • San José (Catamarca)
El obispo prelado de Cafayate presidió la celebración principal de la fiesta de san Roque en la localidad de San José, una de las más convocantes festividades que se conmemoran en la prelatura.
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En el pueblo de San José, sobre la emblemática Ruta 40, en el oeste de Catamarca, se vive la fiesta de san Roque como en pocos lugares de nuestro país. Durante las celebraciones, todo fluye en rededor del santuario diocesano de San Roque, el primero de la prelatura de Cafayate, fundado en agosto de 2001.

Se trata de una de las más auténticas y convocantes celebraciones de las realizadas en la prelatura, a la que acuden cerca de 20 mil fieles de toda la puna, tanto catamarqueña como salteña. Desde los valles calchaquíes confluyen también artesanos para vender sus obras, vendedores ambulantes, copleros y bailarines, “rezadoras” y “curanderos”. Todos a rendir tributo al “san Roquito”, como lo llaman cariñosamente. 

Esta fiesta, anclada en el corazón de los valles calchaquíes, es una de las que muestra un mayor sincretismo cultural, ya que allí se palpa la magia del rito que, año tras año, anuda el lazo entre san Roque y su pueblo.

A la media noche entre el 15 y el 16 de agosto, se realizó el tradicional repique de campanas y la salida de la imagen del santo, una pequeña talla en oro de 5 centímetros de alto, para bendecir al pueblo en el día de su fiesta.

La primera misa se celebró a la hora 0 del día 16, y durante el día de la fiesta patronal se celebraron varias Eucaristías en diversos horarios. La misa central fue presidida por el obispo prelado, monseñor Darío Quintana OAR, desde la Plaza Retamozo, frente al santuario.

En su homilía, el prelado se refirió a la situación difícil que muchas veces transitamos los seres humanos: “Estamos llamados a vivir el amor; sin embargo, el pecado muchas veces nos sorprende en nuestras vidas, nos descubrimos en nuestras aspiraciones más bajas”.

“¡Cuánto tiene que enseñarnos al respecto san Roque!, un hombre de paz, un hombre sencillo, un hombre que evitó toda violencia en su vida, un hombre dedicado a ser amigo de Jesús”, destacó en ese sentido.

Por eso, animó a “ser pequeños en lo humilde y grandes en la magnanimidad de nuestras obras”, y recordó: “El hombre debe ser fiel a la Palabra del Señor, porque Dios cumple sus promesas”.

En referencia al año electoral, monseñor Quintana sostuvo que “sacar adelante nuestra Nación sin un esfuerzo común, sin un compromiso, es imposible”. “Cuantas veces nos damos cuenta de que mi bien, unido al bien del otro, empieza a transformar la realidad. Cuántas experiencias positivas tenemos de cuando el diálogo es fecundo y surge del amor, un diálogo desinteresado que busca bienes comunes”, añadió al respecto.

Por último, dirigió unas palabras en memoria de monseñor Mariano Moreno García, tercer obispo prelado de Cafayate, de la orden de San Agustín, quien falleció ese mismo día..

Por su parte, el padre Luis López agradeció al gobernador por declarar el asueto en todos los departamentos, permitiéndole así compartir la fe a toda la comunidad diocesana.

Historia del santuario
En su libro El alma de un pueblo, el presbítero Flavio Quiroga asegura que el templo surge por pedido, en 1716, de Juan de Retamozo, fundador de San José. Según el autor, lo primero que hubo, en 1787, fue una pequeña capilla bajo la advocación del padre nutricio de Jesús, la cual, con el paso del tiempo, se amplió hasta tener el tamaño de lo que hoy constituye la nave central del templo parroquial de San José.

Según relatan las crónicas, un vecino de origen español, Martín Sanchez, fue el encargado de embellecer y ampliar el edificio. Él hizo la actual fachada y abrió los laterales para dar paso a las naves. La nave norte es la que alberga el camarín del copatrono del pueblo, "san Roquito" para los sanjosinos.

Respecto a la imagen que se venera, una pieza pequeña de oro puro, hay diversas historias acerca de su hallazgo, pero todas apuntan al departamento provincial de Andalgalá. Hay versiones que aseguran que la misma fue encontrada por una señora de origen humilde bajo “un chorro de agua, en un lugar de Río Blanco llamado Chauspillaco, no lejos de Choya”. Otra afirma que se la halló hace “más de 200 años en Minas Capillitas, departamento de Andalgalá, en un paraje llamado Los Corralitos de Chauspi Yaco”. La última dice que la imagen de San Roque perteneció a un tal Miguel Carrazana, quien la habría cambiado por maíz en las estancias de Andalgalá.+