Mons. Pardo bendijo el jardín de infantes de Montserrat en su 25° aniversario
- 7 de octubre, 2024
- Buenos Aires (AICA)
En una de sus primeras actividades como obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de la Zona Centro, visitó el colegio parroquial Nuestra Señora de Montserrat y habló sobre el ángel de la guarda.
El jardín de infantes del colegio parroquial Nuestra Señora de Montserrat cumplió 25 años y recibió la visita del nuevo obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de Zona Centro, monseñor Alejandro Pardo.
En una de sus primeras actividades como obispo, monseñor Pardo bendijo el nuevo piso especial para juegos, denominado "Monseñor Cayetano Saladino" en honor al fundador hace 25 años de la sede del nivel inicial y párroco mucho tiempo de Nuestra Señora de Montserrat, y expresó: "Este es un lugar muy lindo para venir a jugar, a disfrutar".
Durante la ceremonia en el patio de juegos, con el piso de colores antigolpe, el prelado bendijo las imágenes de unos ángeles de la guarda que luego entregó a cada niño de 2 y 3 años y explicó: "Cada uno de nosotros tiene un ángel que Dios puso para cuidarnos, el ángel de la guarda. No lo vemos, pero siempre está con nosotros, y nos cuida todo el tiempo".
"Así como nos cuidó el sacerdote, padre Saladino, que fundó este lugar hace 25 años; así como nos cuida el padre Martín (Panatti, actual párroco), las maestras, los directivos. Y por eso hay que agradecer, porque sabemos que en cada paso que vamos dando tenemos a ese angelito que nos cuida, que le habla a Dios también de nosotros", aseguró.
"No lo conocemos, porque nunca lo vimos cara a cara, pero sabemos que Dios nos lo regaló a cada uno de nosotros para que vayamos creciendo en el amor a Dios en el corazón. Así que a rezarle. Siéntanse protegidos a través de los ángeles", animó.
Por último, monseñor Pardo se refirió a la importancia de los primeros años de juego, cuando uno empieza a forjar la amistad.
"Así como Jesús puso un niño en medio de todos, pongamos la mirada en ellos, aprendamos de los chicos, de su sencillez, su humildad, su frescura, todo aquello que nos hace bien a los más grandes", concluyó.+