Jueves 25 de abril de 2024

Mons. Martorell: La conversión significa un cambio profundo de vida

  • 25 de enero, 2018
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
El obispo de Puerto Iguazú, Mons. Marcelo Martorell, comentó el Evangelio que la Iglesia propone para el tercer domingo "durante el año", que el evangelista Marcos comienza presentando a Jesús cuando inicia su vida pública predicando la necesidad de la conversión.
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El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, comentó el Evangelio que la Iglesia propone para el tercer domingo "durante el año", que el evangelista Marcos comienza presentando a Jesús cuando inicia su vida pública predicando la necesidad de la conversión. Esta conversión, explicó el obispo, significa un cambio profundo de vida, y esta vida nueva implica dejar el pecado y rechazar todo lo que pueda alejarlo del amor de Dios y de su ley.

"Jesús -dijo monseñor Martorell- predicaba diciendo "El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca, conviértanse y crean en la Buena Noticia". Es el núcleo de la predicación de Jesús y es el modo en que el evangelista Marcos presenta el comienzo de la actividad apostólica de Jesús. Ya no hay que esperar más, el Mesías ha llegado y está entre nosotros, es Jesús el Mesías que tanto esperó el pueblo de Israel".

Monseñor Martorell continuó su reflexión manifestando que con Jesús "comenzó la culminación de la historia de salvación que durante tantos siglos motivó a Israel a creer y esperar. La misericordia de Dios se muestra de forma palpable en Jesús y podemos ver en el evangelio de Marcos cómo ese amor misericordioso, como en un escenario, se hace presencia viva en Jesús, que nos muestra y trae para la humanidad, un camino diferente, y por lo tanto una historia diferente; es la historia que realiza el camino de la fe y la conversión, que no solo le da al hombre una visión diferente de la vida y del mundo hoy, sino que también lo prepara para un reino final y pleno".

"El camino de ese plan de salvación -prosigue el prelado- es la "conversión" que significa un cambio profundo de vida, desde las actitudes más simples y cotidianas, hasta las decisiones más profundas y significativas de la vida. Jesús nos invita a cambiar de forma de vivir, si estamos en pecado, abandonarlo y llevar una vida nueva. Esta conversión y por consiguiente esta vida nueva, implican un dejar el pecado y luchar en contra de él, rechazando todo cuanto pueda alejarlo del amor de Dios y de su ley".

"Pero -agregó el obispo-, en la predicación de Jesús la conversión no es más que la primera fase, el escalón primero de todo un plan. La segunda fase bien expuesta por el evangelista Marcos es la "fe", conviértanse y "crean en la Buena Noticia", una "Buena Noticia" a la que hay que adherirse con todo el corazón y con toda el alma, una "palabra" que debe hacerse vida en la vida de los hombres. No puede considerarse ni aceptarse de forma teórica, como una lección que aprendemos, debe hacerse en el ser humano, carne de su carne".

"Esto es urgente, pues "el tiempo es corto", es el que resta entre la venida hoy de Cristo y su venida final, en la que Dios nos preguntará por el "amor" a Dios y a las cosas de Dios, que son también el hombre y su vida", concluyó monseñor Martorell.+