Mons. Lozano: 'Para comunicar, hace falta testimonio y cercanía'
- 14 de enero, 2025
- Bogotá (Celam) (AICA)
"Cuando comunicamos con verdad y belleza, estamos compartiendo un mensaje de esperanza", destacó el presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación, en diálogo con ADN CELAM.
En vista del Jubileo del Mundo de la Comunicación, previsto del 24 al 26 de enero en Roma, el presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación, monseñor Jorge Lozano, se refirió a distintos aspectos de la comunicación eclesial actual, y a los desafíos y las oportunidades que se observan en ese ámbito.
"La comunicación de la Iglesia está centrada en un acontecimiento: Dios envía a su Hijo al mundo, que entrega la vida por amor para nuestra salvación, y derrama al Espíritu Santo", recordó el arzobispo de San Juan de Cuyo, en una entrevista con ADN CELAM.
"La esperanza hunde sus raíces en la Pascua, que es ofrecimiento de vida nueva para todos. Cuando comunicamos con verdad y belleza, estamos compartiendo un mensaje de esperanza, que no debemos identificar con una mirada edulcorada o naif", diferenció.
Mons. Lozano destacó que el Papa Francisco "es un gran comunicador" de este tiempo, y puntualizó: "Sus gestos expresan cercanía, misericordia, sencillez".
"Es bueno y necesario comunicar ideas con claridad, pero no alcanza. Hace falta testimonio, cercanía, cobijo. En definitiva, ser comunicadores del amor de Dios, que se hace palpable", sostuvo.
-¿Cómo le contamos a esa parte de mundo que lee las noticias de nuestra Iglesia, qué es un jubileo y la significación de que el primer jubileo de este Año de la Esperanza sea el dedicado a la comunicación?
-Un jubileo es un año especial, en el cual palpamos más de cerca el amor de Dios por su pueblo. Así como un matrimonio se alegra siempre por su aniversario de casamiento y, de modo especial, cuando cumplen 25 o 50 años de casados, ahora se están cumpliendo 2025 años del nacimiento de Jesús, y lo celebramos de manera particular.
Cada jubileo tiene un lema que nos ayuda a reflexionar y rezar en torno a un tema. En esta ocasión, Francisco nos convoca a ser "Peregrinos de esperanza".
-Desde su propia apreciación, y sabiendo de su larga y variada experiencia en el ámbito de la comunicación, el periodismo, las redes sociales, ¿cómo evalúa la relación esperanza-comunicación, tanto en su país como en el mundo?
-La esperanza cristiana es un don de Dios; es Él quien la comunica a cada persona en particular y a la Iglesia como comunidad. Nadie se salva solo, estamos todos en la misma barca. Por eso, no debemos descuidar esta dimensión comunitaria, somos parte del Pueblo de Dios convocados en una misma esperanza, como expresa el apóstol san Pablo: "Traten de conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz". Y enseguida nos enseña algo que no debemos olvidar: "Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos" (Efesios 4, 3-6).
-Y, ya acercándonos al gran comunicador de este tiempo de la Iglesia global, ¿qué destaca de los gestos, palabras, propuestas del Papa Francisco en su propia comunicación? ¿Qué espera o sigue esperando de él, qué le sorprende, qué toma de su estilo comunicacional, y, si es que así fuera, que le parezca bueno replicar?
-Francisco es un gran comunicador. Sus gestos expresan cercanía, misericordia, sencillez. Se le atribuye a san Francisco de Asís enviar a sus frailes diciéndoles: "Prediquen el Evangelio en todo tiempo y, de ser necesario, usen palabras". Y el Papa Bergoglio, al usar palabras en sus predicaciones y escritos, lo hace con belleza y simplicidad.
Al respecto, una vez un mozo en un café de Roma me dijo: '¡El Papa habla como yo, entiendo lo que dice!'.
Me sorprende cómo, ante la multitud en la Plaza de San Pedro, o en uno de sus viajes, el Papa de pronto hace foco en un niño, o una persona enferma, o una pareja, y se les acerca a bendecir o dialogar. No hay para él una multitud anónima, no tiene una mirada masificadora.
Es bueno y necesario comunicar ideas con claridad, pero no alcanza. Hace falta testimonio, cercanía, cobijo. En definitiva, ser comunicadores del amor de Dios, que se hace palpable.+